LA PRENSA Y LOS MAGISTRADOS EN LA LEY DEFENSA DE LA REPÚBLICA
Diario Ahora, 23 de octubre de 1931. página 3 |
"Una vez más había vencido la “razón de Estado” en el gobierno y la coacción ministerial en nuestra minoría. Nada de esto nos exime de la vergüenza de haberla aprobado" (refiriéndose a la ley de defensa de la república)
Vidarte, Juan Simeón: Las Cortes Constituyentes de 1931-1933. Testimonio del Primer Secretario del Congreso de los Diputado y Vicesecretario del PSOE entre 1932 y 1939. Grijalbo 1976.
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, 20 DE OCTUBRE DE 1931, MANUEL AZAÑA DEFIENDE DEL PROYECTO DE LEY DE DEFENSA DE LA REPÚBLICA.
- FRAGMENTO REFIRIÉNDOSE A LA PRENSA-
DIARIO DE SESIONES DE SESIONES CORTES DE CONGRESO DE DIPUTADOS 20 DE OCTUBRE DE 1931. Página 1844
Contra la Prensa legal y decentemente establecida, ¿qué tenemos nosotros que hacer? Absolutamente nada. Tampoco, por lo tanto, creo que es un recurso licito el suscitar siquiera la sospecha para desacreditar el proyecto, la sospecha de que esto puede ser un freno, una mordaza o amenaza contra la Prensa. Y un hombre como el señor Royo Villanova, al que mas veces le he oido decir en su vida, y hace cerca de treinta años que le conozco, que es liberal, use nos viene aqui a proponer que establezcamos la previa censura? (El Sr. Royo Villanova:Antes que la arbitrariedad, sí.) Señor Royo Villanova, la censura es la ultima medida a que puede apelar un Gobierno que se estime, y la última vejación que pueden sufrir los periódicos. ¿Quién mas tiene que temer esta ley? El funcionario negligente y desafecto, el magistrado poco celoso en la aplicación de la ley, el libelista-que noblemente oculta su nombre para eludir la gloria de sus escritos (Risas)-, el propagandista clandestino, el agitador de oficio, sin convicciones ni conciencia, que se complace en sabotear la paz y la justicia de la ley republicana; los conspiradorzuelos de café, que creen montada una máquina infernal contra la República porque, rodeados de media docena de monas epilépticas, que por equivocación llevan el nombre de hombres, traen y llevan el instrumento de destrucción, enredando, desacreditando, difundiendo la alarma y acabando por crear alrededor del régimen republicano esta situación de intranquilidad, de inquietud, de alarma que, en definitiva, es un daño positivo, no para el vigor y la subsistencia del régimen, sino para su prosperidad, para la confianza que hay que inspirar al país, para los negocios, para todo el conjunto de la vida social que, sin este recurso, se enrarecería en torno de la República. Y esto es todo, Sres. Diputados. [...]
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Texto de la ley de defensa dela República
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