BOMBARDEOS SOBRE ZARAGOZA DURANTE LA GUERRA CIVIL
LOS BOMBARDEOS AÉREOS REPÚBLICANOS EN TERRITORIO SUBLEVADO DURANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1939). (ENLACE)
BOMBARDEOS AÉREOS SOBRE ZARAGOZA DURANTE LA GUERRA CIVIL
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2.4 Aragón
2.4.1. Zaragoza
Otro de los objetivos que se marcaron las fuerzas militares de Barcelona, que recordemos estaban controladas por el Comité Central de Milicies Antifeixistes, formado el 21 de julio, fueron Zaragoza y Huesca. Ambas ciudades, como gran parte de Aragón, habían sido controladas por los sublevados.136 Fue a partir del 24 de julio137 cuando una columna de milicianos, mayoritariamente anarquistas, salieron de la ciudad condal hacia tierras aragonesas para proceder a su reconquista. A la teoría generalmente aceptada según la cual el avance de las milicias catalanas tenía el objetivo de tomar Zaragoza y Huesca,138 se opone la de Maldonado, que establece que los movimientos de estas columnas no tenían como objetivo la conquista de las capitales aragonesas sino la defensa de Cataluña.139 Si esto fuera así, los bombardeos que se comentarán a continuación sobre Zaragoza y Huesca tendrían un carácter independiente a la ofensiva militar, aunque esto no quiere decir que no estuvieran hechos para debilitar los centros de operaciones rebeldes para organizar el frente, que es en lo que se convirtieron estas ciudades. Con todo, la mayoría de la bibliografía apoya que fue una operación para la toma de ambas ciudades, por lo que los ataques aéreos estarían relacionados con la voluntad de tomar estas urbes.
Pero mientras se realizaba este avance, la Aviación realizó distintos ataques aéreos en la ciudad de Zaragoza. La superioridad en el aire estaba claramente a favor de los republicanos en el frente de Aragón, aunque los raids se caracterizaron por ser con pocos aparatos y bombas.140 Al igual que se ha relatado con el caso de Ibiza y Mallorca, Zaragoza también recibió amenazas por parte de las autoridades republicanas de que iba a ser bombardeada. En este caso es el propio Felipe Díaz Sandino, que en sus memorias reconoce «Desde las primeras horas se conminó por radio a Zaragoza, para que se rindiera la plaza a las autoridades legales de la República; de lo contrario se les bombardearía, dándoles de plazo 24 horas». Era un mensaje radiado, por lo que serían aquellos que tuvieran un aparato y que sintonizaran las emisoras de Cataluña las que escucharían el mensaje. Sin embargo, el general Cabanellas se molestó en sacar un comunicado el 22 de julio diciendo que todo lo radiado sobre el bombardeo del día anterior era mentira,141 por lo que estos mensajes preocupaban a las autoridades sublevadas en tanto en cuanto podrían tener impacto en la población. Las amenazas también se publicaron en la prensa sublevada, estableciéndose en La Gaceta Regional de Salamanca que
Desde ayer se venía hablando por todas las emisoras de Madrid y Barcelona, en poder de los revolucionarios, del ultimátum que el comandante Sandino, jefe de la aviación re- volucionaria de Barcelona, había enviado al General Cabanellas, que manda la división de Zaragoza, donde reina un fervor patriótico digno de la gloriosa capital aragonesa.142
Por lo tanto, se vuelve a observar cómo la acción de bombardeo es utilizada como una acción de desmoralización antes de que se produzca incluso el ataque aéreo.
Los raids sobre Zaragoza comenzaron el 21 de julio de 1936,143 cuando un aparato bombardeó los puentes sobre el río Ebro. En esta misma acción se lanzaron dos mil ejemplares del periódico Ahora sobre la ciudad. Se les hizo fuego antiaéreo desde el edificio de la Academia General Militar.144 El 22 se volvió a bombardear la ciudad, esta vez con cuatro aviones, tres Savoia S-62 y un Vickers, que tuvieron como objetivo los cuarteles de la capital aragonesa.145 Un aspecto interesante es que el bombardeo del 21 de julio se negó por parte de los subleva- dos. Sin embargo, el del día siguiente sí que fue reconocido por algunos periódicos, aunque matizando que solo se «lanzó un petardo produciendo contusiones leves a un soldado y una mujer».146 El título del artículo citado es «Zaragoza no ha sido bombardeada» por lo que se seguía con la misma estrategia de negación en esta cabecera, pero en el cuerpo del texto se establecía la existencia de un pequeño bombardeo. Es interesante contrastar cómo las dinámicas de propaganda de los sublevados comenzaron, en este caso, con la negación del raid y posteriormente cambian a la ridiculización de estos.
Los bombardeos sobre la capital aragonesa continuaron, siendo atacada el 24147 por la mañana por dos aviones civiles reconvertidos para acciones militares.148 Laureau también se refiere a un raid realizado el 27 de julio por aviones Breguet.149 Aunque se ha comentado que la cantidad de bombas y aparatos era reducida, el impacto sobre la ciudad se notó y una muestra de ello fue el agradecimiento expreso que el presidente de la Comisión Gestora de Zaragoza realizó a las fuerzas antiaéreas en la sesión del 29 de julio.150
2.4.1.1. Bombardeo de El Pilar
Pero sin duda, el bombardeo que más impacto causó en territorio sublevado durante es- tos primeros meses fue el que ocurrió en Zaragoza en la madrugada del día 3 de agosto. Se trataba del primer bombardeo nocturno de la ciudad y se realizó mediante un Fokker F.VIIb preparado para evitar ser descubierto en su misión nocturna, ya que se redujo la visibilidad del resplandor de los escapes del motor. Despegó de Sariñena y tiró cuatro bombas de 50 kg, dos de las cuales cayeron en la Basílica de El Pilar151 y otra delante de la puerta de esta, pero ninguna explotó.152 El vuelo se realizó a poca altura, unos 150 metros, lo que provocó que, se- gún Maluquer, no hubiera tiempo para que las espoletas de los explosivos se activaran. Este aviador también añade que las bombas procedían de un antiguo stock de la Primera GuerraMundial y no estaban en las mejores condiciones, tal y como parece que luego se demostró en el frente de Aragón.153
Queda la cuestión de si las bombas iban dirigidas contra el edificio religioso. Alcofar Nassaes,154 señala que lo más lógico es pensar que, por la localización de los impactos de las bombas, la trayectoria del avión sería paralela al Puente de Piedra sobre el río Ebro y cuya destrucción podría crear un problema grave en el sistema logístico insurgente de la ciudad.155 Sin embargo, según un testimonio del bombardeo el avión iba dirección este-oeste, por lo que la trayectoria del avión no coincidiría con lo dispuesto por Nassaes, es decir, dirección norte-sur.156 El arquitecto encargado de la consolidación del templo también establecía que el avión «parece haber entrado entre el eje del templo y la torre nueva en rápido viraje para seguir según el eje de la calle de Alfonso», por lo que entraría en dirección este-oeste pero luego viraría hacia el sur.157 En un informe de la 2a Sección de la Consejería de Defensa de la Generalitat con fecha 12 de agosto, se establecía que El Pilar era un centro importante de fuerzas, al igual que el resto de las iglesias. En un informe del agente republicano Ramón Rufat sobre los objetivos de Zaragoza en una misión del 4 al 7 de noviembre de 1936, esta- blecía que en los alrededores de la Plaza del Pilar había dos cuarteles, uno en el edificio de los «Claustros» al sur de la plaza del Pilar y otro en el seminario,158 en frente de la fachada de la catedral.159
Teniendo en cuenta estas dos últimas trayectorias, otra de las posibilidades era que los aviones bombardearan una pieza antiaérea posicionada al lado de la basílica. En un plano enviado por el jefe del Servicio de Información Especial a su superior en febrero de 1937, se observaba que la información otorgada por un evadido señalaba un antiaéreo justo en la esquina del lado donde cayeron las bombas. Aunque la lista de objetivos comentada era de 7 meses después del incidente, el antiaéreo sí que estaría a la vista de esa trayectoria este-oeste de la que hablan los testimonios, por lo que cabe la posibilidad de que ese antiaéreo fuese el fin último del ataque.160 Por otro lado, Zaragoza disponía de una unidad especializada en la lucha antiaérea desde antes de la insurrección, el Grupo de Defensa contra Aeronaves no2,161por lo que no es raro que tuvieran una pieza antiaérea en un momento en el que escaseaban en territorio sublevado.
El problema es que los testigos señalan que no se oyó ningún disparo de la defensa antiaérea,162 por lo que estas unidades no detectaron al avión o aún no se encontraban dispuestas en la ciudad. Hay que tener en cuenta que fue el primer ataque aéreo nocturno realizado en la urbe, y de los primeros de la guerra, por lo que es posible que el estado de alerta aún no fuera muy alto durante estas horas. En cuanto a que cayeran en la basílica, además de que el lanzabombas posiblemente no era muy preciso,163 cabe destacar que la ciudad ya se encontraba a oscuras durante la noche debido a las medidas antiaéreas tomadas desde el mando, aspecto que complicaría la precisión del bombardeo. Aunque, para rizar más el rizo, es necesario aclarar que había luna llena, con las mejoras que eso conlleva en visibilidad.164
Por lo tanto, las posibilidades están entre que fuese un ataque al puente de piedra con el error posterior en el lanzamiento de las bombas, el bombardeo deliberado del templo para atacar un centro de concentración de fuerzas militares o militarizadas o el ataque a una pieza de antiaérea cercana que acabó con los explosivos en el Pilar debido a la mala puntería. Entre las tres la menos probable es la tercera hipótesis por lo lejano del documento al hecho descrito. En cuanto a las dos restantes, la primera es la que tendría más fuerza por la importancia del objetivo. Por último, también pudiera ser un raid deliberado contra un edificio religioso por su carácter simbólico, aunque no se ha localizado un ataque aéreo similar en toda la guerra por parte de los republicanos.
Tras elbombardeo se avisó al parque de artillería que habían caído unas bombas en la basílica y los artilleros realizaron su trabajo de desactivación. Tras ello, se llevaron las bombas al cuartel, donde fueron analizadas por los especialistas.165 Al día siguiente la noticia del ataque corrió como la pólvora por toda la ciudad, ya que poca gente había sido testigo visual o sonoro de la caída de las bombas, ya que no explotaron.
De la manifestación organizada se hablará más adelante, pero cabe destacar cómo las autoridades sublevadas hicieron servir este acontecimiento para promover el mito de que se había producido un milagro al no haber detonado los explosivos. Todo ello desembocó en la mayor campaña propagandística de los sublevados en relación con un ataque aéreo. En este sentido, se organizaron misas de desagravio en todo el territorio insurgente, promoviendo la imagen de los republicanos como antiespañoles que osaban atacar un símbolo de España.166 Las misas continuaron en Zaragoza al año siguiente, pero no acabaron ahí, sino que esta ceremonia se siguió realizando en los años 40, 50 y 60.167
Por otra parte, la prensa republicana no dejó de lado la noticia y la publicitó en varios periódicos leales. Se reconocía que se había bombardeado la basílica y se daba explicación por lo sucedido. En este sentido, en los periódicos El Tiempo y Heraldo de Castellón se relataba que los pilotos cumplieron la orden de bombardear la basílica y que pudieron observar personas uniformadas saliendo de la misma, lo que les llevó a pensar que se hacían en ella reuniones militares.168 Por otro lado, en El Liberal y en El Luchador se apuntaba que desde El Pilar se realizó fuego a un avión republicano que sobrevolaba Zaragoza, por lo que la escuadrilla «Saboya» bombardeó el edificio religioso que «ha sufrido grandes desperfectos». Posteriormente, añadía la versión de los anteriores periódicos a su descripción de lo ocurrido.169 Por lo tanto, existía una versión consensuada por parte de la prensa para justificar el bombardeo y presentarlo como un objetivo militar. (página 55-60)
3. Se nota el esfuerzo ( página 77-79)
Los bombardeos realizados en los dos primeros meses tras el golpe de Estado mostraban una ligera superioridad de la Aviación republicana.275 Esto permitió a los leales desarrollar una serie de ataques por toda la geografía española sin tener cazas o piezas antiaéreas ene- migas que le impidieran sólidamente realizar dichos raids. Como se ha observado, ante esta situación, la Aviación llevó a cabo una disgregación de los efectivos disponibles por todos los frentes, provocando que se bombardeara generalmente con pocos aviones en cada raid. Las misiones llevadas a cabo en determinadas ciudades, como en los casos de Granada, Córdoba u Oviedo, se produjeron de forma recurrente, intensificándose los raids en los momentos en los que se producían ofensivas terrestres dirigidas a estos núcleos. En otros enclaves los ataques fueron esporádicos y tenían que ver con el ataque a aeródromos, estaciones de ferro- carril, centros de suministro y/o cuarteles.
A partir de septiembre, la Aviación republicana se vio mermada por el fuerte desgaste que se había producido en las semanas anteriores, tanto en pilotos como en aviones. En este sentido, el PCE mostraba esta desesperación a finales de agosto cuando envió un telegrama a Moscú pidiendo aviadores por la escasez que había en las filas leales. Esta situación también la exponía un informe de inteligencia británico, donde establecía además el claro dominio del aire por parte sublevada.276 Por otro lado, el mismo partido enviaba al Partido Comunista de Francia, a principios de octubre, una petición urgente para el envío de aviones y técnicos, aclarando que Largo Caballero estaba al tanto y que no importaba el precio a pagar por ellos.277 La situación de escasez también se observaba en los informes soviéticos, señalando que la cantidad de aparatos se situaba en alrededor de 18 cazas y la misma cantidad de bom- barderos.278 Esta situación de escasez la relata también Hidalgo de Cisneros:
Nuestro trabajo en Aviación durante aquellas primeras semanas lo hacíamos partiendo de un error de apreciación de lo que iba a ser nuestra guerra. Yo estaba convencido de que haciendo el máximo esfuerzo podíamos aplastar la sublevación en pocos días o a lo más en semanas. Por eso actuábamos como si cada día fuese el definitivo. Esto dio lugar, y yo como jefe tuve una inmensa responsabilidad, a que sufriésemos una cantidad de bajas tre- menda, tanto en material como en personal; a que perdiésemos la mejor gente y a que los que no murieron, quedaran agotados por aquel esfuerzo insostenible.279
La sobreutilización de aparatos y aviadores 280 provocó una pérdida de capacidad ofensiva de la Aviación republicana, lo que sumado a la llegada de material aéreo procedente de Alemania e Italia para reforzar a los sublevados, provocó un cambio en la cuestión aérea. Los rebeldes obtuvieron una clara superioridad en el aire que implicó que las tropas que se dirigían a Madrid tuvieran mayores facilidades a la hora de avanzar y que los ataques a la capital se hicieran sin demasiada oposición. Como se ha relatado, durante septiembre, la Aviación republicana se dedicó al bombardeo de ciudades donde tenía poca oposición aérea, como Huesca y Oviedo, aunque también se atacaron urbes como Vitoria, Miranda de Ebro, Valladolid o Ferrol. Sin embargo, una gran parte de los efectivos estuvieron dedicados a frenar a las tropas que avanzaban hacia Madrid. Por otro lado, la Jefatura de Aviación continuó recibiendo documentación del Servicio de Información que comentaba, entre otras cosas, la importancia de Tetuán como centro de origen del traslado de tropas y mercancías a la península.
En octubre la dinámica del mes anterior continuó, con bombardeos centrados en Huesca y también en enclaves de la provincia de Zaragoza, completados con ataques aéreos sobre las posiciones de avance sublevadas, que continuaban su ofensiva desde Toledo hacia la capital. La situación de superioridad aérea se mantuvo en favor de los rebeldes, que comenzaron durante este mes el bombardeo sistemático de Madrid con, entre otros objetivos, la desmoralización de la ciudad para favorecer su conquista por los insurgentes.
Tras la ofensiva republicana de agosto, Huesca había sido en parte evacuada de civiles, quedando solo 7.000 personas de esta índole en la urbe. La ciudad se fortificó y en sus alrededores comenzaron a abundar las trincheras y las baterías antiaéreas.281 Los bombardeos aéreos durante septiembre tuvieron la misma frecuencia que los de agosto, con visitas varias veces al día para un total de 22 raids en la ciudad. Al mes siguiente, estos ataques se redujeron, contabilizándose 6 durante todo octubre. Durante septiembre continuaron las ofensivas republicanas con el objetivo de tomar la ciudad, pero al mes siguiente el frente quedó estabilizado. Con todo, continuaron los golpes de mano, infiltraciones, etc.282
Los objetivos señalados por los servicios de información en Zaragoza, a principios de noviembre, se centraban en los polvorines; los depósitos de gas, gasolina y víveres; los cuarteles; los hospitales militares y las baterías antiaéreas. Según un informe del 18 de noviembre, la ciudad servía de acumulación de tropa que, en caso de ofensiva en el frente, eran trasladadas al punto atacado. También se destacaba el aeródromo de Garrapinillos y las posiciones antiaéreas de la ciudad.283
7. Más allá de la batalla del Jarama (97-98)
No habiendo aún acabado la ofensiva sobre Málaga, el 6 de febrero se inició en el frente central la batalla del Jarama. Esto provocó que, durante la misma, aún se tuvieran determinados efectivos aéreos en Andalucía.406 Una gran cantidad de acciones se dirimieron entre los cazas de ambos contrincantes, pero también se produjeron bombardeos concentrados generalmente en los frentes de batalla.407 Pero también se produjeron incursiones en la re- taguardia enemiga, sobre todo mediante los 16 SB que se hallaban en este frente el 14 de febrero, según Abrosov.408
La primera misión fue la del 16 de febrero, cuando se lanzaron proclamas sobre distintos puntos de Extremadura, entre ellos Higuera de la Real (Badajoz). Al día siguiente, se repitió el lanzamiento, volviendo al enclave mencionado y a los pueblos pacenses de Jerez de los Caballeros y Bodonal. En ellos se animaba a sus habitantes a realizar sabotajes contra carreteras y puentes y a asaltar los cuarteles de militares, falangistas y requetés.409 Estos pasqui- nes se relacionaban con un plan que el general en jefe del EM, Vicente Rojo, había propuesto al ministro de la guerra, Largo Caballero, para llevar a cabo un levantamiento en la región extremeña, debido a que la población, según sus informaciones, era favorable a los intereses republicanos.410 El plan estaba dividido en las siguientes fases: obtención de información, destrucciones y sabotajes y el levantamiento en masa411 y tenía como objetivo el corte de las comunicaciones que impidiera los movimientos de tropa y abastecimientos.412 Sin embargo, aparte de las proclamas, el 16 se llevó a cabo una acción realizada por dos Katiuskas consis- tente en el bombardeo de Mérida, Zafra, Sancho Pérez, Fuente de Cantos y Zufre, ruta que parecía seguir las líneas del ferrocarril Mérida-Sevilla, aunque incluyendo el ramal de Jerez de los Caballeros.413
Según un evadido a zona republicana, el raid a Mérida había provocado bastantes víctimas y provocado que en la ciudad se establecieran más cañones de artillería antiaérea.414 También hay que mencionar el bombardeo de la estación de Plasencia el 18 y el 19 de febrero con cinco y dos aparatos, respectivamente. El primer bombardeo resultó en 5 personas muertas y un vagón destruido, mientras que el segundo provocó dos vagones y dos coches averiados.415
Aunque las proclamas tienen su funcionalidad, este tipo de bombardeo, igual que los producidos en diciembre de 1936, tendrían por objeto la disrupción de la ruta principal de comunicación entre el Ejército del Sur y las tropas que atacaban Madrid, donde se estaba realizando la ofensiva sublevada.416 Por lo tanto, al producirse un cambio de prioridades en el teatro de operaciones, también se produjo un trasvase de refuerzos, detectado a principios de febrero,417 lo que conllevó el ataque de la Aviación republicana.
A finales de febrero se produjo una mayor actividad en cuanto a bombardeos, según fuentes sublevadas, principalmente sobre Toledo, Illescas y Talavera. El número máximo de aviones usados fue de 3, aunque en el bombardeo sobre Toledo del 20 de febrero se utilizaron 5 aviones, con el objetivo puesto en la fábrica de armas. También destacaron los bombardeos sobre Ávila y Zaragoza del 21 de este mes.418 El ataque sobre esta última población produjo un gran entusiasmo en los milicianos, según las autoridades republicanas.419 Al día siguiente realizaron sobre Valladolid un intento de bombardeo, pero, según el gobernador general del estado franquista, los aviones huyeron por el fuego de las baterías antiaéreas.420
El mes de marzo se inició bombardeando las posiciones a los alrededores del frente de Madrid, tales como Aravaca, Pozuelo o Majadahonda.421 Pero también se propuso por parte del Servicio de Información de las Fuerzas de la defensa de Madrid el bombardeo aéreo de los centros de suministro sublevados, concretamente los situados en Valladolid y Ávila. En la primera determinaron que el día 7 de marzo se realizaría una corrida de toros en homenaje a los militares extranjeros, conteniendo este mismo edificio un almacén de municiones y explosivos. Aparte se localizaba una fábrica de espoletas y un depósito de gasolina a las afueras de la ciudad. En el caso de Ávila, se establecía como objetivo un depósito de gasolina situado en los alrededores de la ciudad.422 No se ha detectado ningún bombardeo sobre estas dos ciudades en fechas cercanas a la petición.
11. Aragón ( página 105-106)
En el frente de Aragón el principio del año 1937 empezó con superioridad aérea por parte de la Aviación republicana, gracias a los refuerzos de I-15 que llegaron durante este periodo. Sin embargo, la carencia de bombarderos, solo se contaba con dos Potez-54, impidió que se aprovechara esta ventaja para realizar alguna ofensiva aérea contra el enemigo. No obstante, el envío de refuerzos por parte de los sublevados y la retirada de efectivos aéreos leales debido a la ofensiva en Guadalajara hizo que a principios de marzo ya no se contara con esta superioridad.461
11.3. Zaragoza (108-111)
Zaragoza era uno de los objetivos más codiciados por el mando republicano. En el número de enero de 1937 de la revista Aire: revista de Aviación se disponía el siguiente texto:
Los aviones republicanos atacan en el frente de Aragón, especialmente en la misma ciudad de Zaragoza, tan digna por su tradición de independencia heróica [sic] de ser liberada del fascismo internacional, los objetivos militares cuya destrucción supone la perturbación de los raids aéreos y del abastecimiento del enemigo. El ejército de tierra debe cooperar con el del aire, atacando a fondo en todo ese frente tan paralizado hasta ahora.474
Este párrafo se disponía debajo de un mapa de Zaragoza con dos aviones Martin Bomber B-10 475 de bombardeo superpuestos. Este interesante párrafo mostraba el interés que había por la ciudad, pero también que la misma debía ser bombardeada en sus objetivos militares para reducir los ataques aéreos sublevados y provocar el desabastecimiento del enemigo. Todo ello en sintonía con el avance de las tropas terrestres, que debían romper con la tranquilidad existente en este frente. Además, reflejaba el nacionalismo que luego se utilizaría mucho en la propaganda republicana, ligándolo en este caso con la resistencia de la ciudad frente a los franceses, a los que relacionaba con el fascismo internacional.
Durante todo el año de 1937 se continuó recibiendo información sobre la presencia de tropas en la capital aragonesa. En este caso, a principios de febrero de 1937 se detectó la presencia de 4.000 hombres entre esta ciudad y Sigüenza que se iban a repartir por los frentes.476 Asimismo, el Servicio de Información Especial estableció un plano de la ciudad y se lo envió a sus superiores con los objetivos presentes en la aquella, relatados por un evadido. En el documento se situaban las piezas antiaéreas, los depósitos de combustible y municiones, los cuarteles, la fábrica de municiones y las piezas antiaéreas.477
Ya se ha comentado el bombardeo del 21 de febrero, al que se añadió el ocurrido el 25 de marzo, día de jueves santo.478 El parte del Ministerio de Marina y Aire estableció que las bombas cayeron en la fábrica «Industrial Química» y en varios edificios del casco de la población. Según las fuentes sublevadas, los explosivos cayeron en este segundo lugar, concretamente algunas de ellas afectaron el hospital clínico y una vivienda en la calle Rincón.479 Un evadido de la ciudad señalaba que 3 o 4 bombas cayeron en la Facultad (donde se encontraba el hospital clínico), una en la calle Costa, una en el barrio de las Delicias, una en el convento los Agustinos,480 una en la calle San Miguel y otra en el Velódromo.481 Por lo tanto, parece que los aviones entraron de este a oeste bombardeando sobre todo el este de la ciudad, exceptuando la bomba caída en el barrio de las Delicias. Probablemente, esta fue la bomba que se dirigió contra la fábrica, aunque un evadido estableció que cayeron fuera de la misma y no hicieron ningún daño a la industria.482 Si cotejamos estos lugares con el plano realizado a principios de febrero, las bombas del hospital cayeron muy cerca del cuartel de artillería (que en esa época era cuartel del Tercio) y en el cuartel de Falange Española, situados a unos 450 metros del primero.
Tras este bombardeo el flujo de información continuó, y el 1 de abril se recibió un informe del Servicio de Información Especial en el que se relataban los efectivos humanos y los objetivos militares de la misma. Destacaban los cuarteles, la academia militar, las piezas antiaéreas, la fábrica de Mercier (donde se producían obuses), los depósitos de gasolina y municiones 483 y las centrales eléctricas.484 Dos días después hay otro informe del mismo servicio que amplía las fábricas, destacando la Breser de bombas de aviación; la Berli, de material de guerra; la Valenciana, de material de guerra; 485 y la Química, de armas químicas. También resaltaba la importancia de los depósitos de gasolina situados cerca de la estación del Norte y del aeródromo de Garrapinillios, además de advertir de la construcción de un nuevo campo de aviación en la Almunia.486
En abril se produjo al menos un bombardeo el día 22, donde se atacaron los objetivos militares de la ciudad.487 Al mes siguiente se produjeron los bombardeos que provocaron más víctimas en la ciudad durante toda la guerra. El primer ataque aéreo se produjo el 3 de mayo por la tarde, cuando un avión republicano bombardeó el centro de la ciudad, en la zona de la calle Don Jaime, y la barriada del Puente Virrey. Según fuentes sublevadas, las bombas caídas en el centro provocaron una verdadera matanza por la popularidad del lugar y por no haber sonado la sirena para avisar a la población, por lo que solo se refugiaron aquellos que «advirtieron la presencia del avión». Un informe de FET de las JONS establecía que el número de víctimas mortales ascendió a más de medio centenar de muertos488 y cerca de 200 heridos. El bombardeo provocó la cancelación de la sesión de la Comisión Gestora de la ciudad en protesta por el mismo.489
Los días 6 y 13 de mayo, este último día en dos ocasiones, se repitieron ataques en la ciudad. El primero se realizó a las 4 de la madrugada con un aparato que lanzó las bombas sobre plaza de Lanuza, la calle de Torrenueva y sobre la catedral de la Seo. Como consecuencia se produjeron tres muertos y 13 heridos. El hecho de que se produjera en la catedral produjo un fuerte impacto mediático, aunque no se podría comparar con el alcanzado en el ataque a la Basílica de El Pilar.490 Se desconoce el objetivo del ataque. En la segunda acción, a las 7 de la mañana, un trimotor realizó una incursión en la ciudad, lanzando sus bombas sobre la calle de Aguadores, la calle de Casta Álvarez, la calle de las Armas, la plaza de la Libertad, barrios de Roche y del Terminillo. Provocó 14 víctimas mortales y más de 80 heridos. Por la tarde, se realizó de nuevo otra acción por parte de un aparato que lanzó sus bombas sobre el paseo de María Agustín, el edificio de la Santa Hermandad del Refugio, la calle Clavé y los alrededores de la estación MZA. La acción provocó un muerto y varios heridos. En esta ocasión el aparato buscaba bombardear las fábricas de Cardo y Mercier, cerca de donde cayeron las bombas, estando esta última en los objetivos localizados por el Servicio de Información.491
Los bombardeos de mayo sobre Zaragoza fueron difundidos por los servicios propagandísticos rebeldes como prueba de las atrocidades realizadas por los republicanos. Fue el caso del Informe sobre los bombardeos aéreos sufridos por la población civil de la Ciudad de Zaragoza, y causados por los aviones del Gobierno de Valencia, en los días 3, 6 y 13 de mayo de 1937, que establecía a la ciudad como «ciudad abierta» que no tenía objetivos militares. Con todo, un párrafo después establecía que «ningún edificio militar o militarizado ha sido bombardeo, sino edificios religiosos, hospitales, hospicios y domicilios particulares, por lo cual todas sus víctimas han sido de la población civil, en su mayoría mujeres y niños (...)» por los bombardeos republicanos, contradiciéndose respecto a la ausencia de objetivos militares. Este informe fue enviado al CICR, que usó los datos para hacer estadísticas sobre los muertos y heridos por raids.492
Según un informe del Servicio Exterior republicano del 12 de mayo, los bombardeos realizados en la ciudad, en referencia a los de abril y del 6 de mayo, no habían tenido mucha importancia, y el que más daños ocasionó fue en el barrio de San José, en el que se destruyeron varias casas de obreros. En cambio, los del 13 sí tuvieron un impacto mayor, estableciendo el teniente de alcalde de la Comisión Gestora del Ayuntamiento de Zaragoza que los servicios públicos habían ayudado a normalizar la vida de la población «quebrantada por los bombardeos de la aviación marxista».493
Otros puntos bombardeados en esta zona fueron la estación de Calatayud, el 2 de abril, por la presencia de material militar acumulado, en el que había cisternas con combustible, y la estación de Ariza, el 13 de abril.494 Ya se ha comentado la importancia de la línea de ferrocarril Valladolid-Ariza, de la que formaba parte Calatayud.
16.2. Las ofensivas de distracción en el frente del este ( 130-131)
En el este, los bombardeos no se detuvieron y se llevaron a cabo ataques frecuentes sobre algún objetivo. Fue el caso del aeródromo de Garrapinillos en Zaragoza, bombardeado los días 4,597 6 y 8 de agosto, con 6, 3 y 6 aparatos SB, respectivamente.598
Antes de pasar a las ofensivas terrestres, cabe destacar que Logroño volvió a ser atacada el 20 de agosto por 6 aviones. En este caso los lugares alcanzados fueron el hospital pro- vincial, donde provocaron desperfectos, y el puente de piedra sobre el río Ebro. Provocaron la muerte de 3 personas e hirieron a más de 6 individuos. En una segunda pasada, según fuentes sublevadas, bombardearon al norte del río Ebro, hicieron ametrallamientos599 y lan- zaron proclamas.600 La ciudad era un centro de reclutamiento importante en la retaguardia sublevada y zona de paso para las tropas del Norte que irían a reforzar el frente de Aragón cuando se iniciara la ofensiva sobre Zaragoza.601
La batalla de Brunete finalizó a finales de julio, y los sublevados volvieron a retomar su avance a través de la franja norte republicana. Para intentar distraer tropas enemigas de esta ofensiva, Vicente Rojo planeó una ofensiva en el frente de Aragón con el objetivo de tomar la ciudad de Zaragoza. Durante el avance, iniciado el 24 de agosto, la capital fue bombardeada repetidamente, concretamente los días 24, 25 y 27 de agosto y 1 de septiembre, mientras que los aeródromos fueron atacados los días 26 y 27. Otros puntos bombardeados en la retaguar- dia fueron el aeródromo de Garray en Soria el 24 de agosto y el pueblo de Burgo de Osma el 26 de agosto, en una misión realizada desde Aragón.602
Tras terminar la ofensiva, el mando republicano confirmó que había un traslado de tropas desde el norte al frente de Aragón, por lo que el objetivo de distraer tropas se había cumplido.603 No obstante, la ofensiva había fracasado ya que no habían conseguido conquistar Zaragoza ni parar el avance en Cantabria, que había acabado con la ocupación de Santander el 26 de agosto. En septiembre la mayoría de los servicios realizados en el frente de Aragón se dedicaron a reconocimientos de la zona, aunque con algún intento de incursión en Zaragoza, como el ocurrido el día 24.604
17. Ofensiva de distracción ante la caída definitiva del Frente Norte (131-136)
Tras la finalización de la campaña de Santander, los sublevados se dirigieron a Asturias a principios de septiembre. Como había ocurrido con las ofensivas republicanas en Oviedo, los aeródromos sublevados que apoyaban a las tropas franquistas estaban en León y en Navia. Los leales sabían la clara superioridad aérea enemiga en el avance por Vizcaya y Cantabria y, aunque la capacidad ofensiva de la Aviación republicana en el Norte estaba bajo mínimos, el 9 de septiembre un avión ejecutó una ráfaga en las ametralladoras antiaéreas del aeródromo de León y, posteriormente, tiró una serie de proclamas en la ciudad.605
No obstante, los efectivos aéreos y terrestres con los que contaban los leales en Asturias no eran suficientes para frenar el avance sublevado durante mucho tiempo. Por lo que para evitarlo el mando republicano organizó de nuevo otra ofensiva en el frente de Aragón que pretendía que el enemigo trasvasara parte de sus efectivos del norte a este frente.606
A partir del 22 de septiembre se volvieron a desarrollar operaciones en este teatro de operaciones: una en el norte para avanzar sobre Sabiñánigo (Huesca) y Jaca (Huesca) y otra para avanzar sobre Zaragoza. Esta última se desarrolló a partir de primeros de octubre y para su conquista el jefe del EMC, Vicente Rojo, mandó un escrito al ministro de Defensa Nacional, Indalecio Prieto, preguntándole «si será o no conveniente el bombardeo de la Capital como medio de desmoralizar a la población civil y favorecer de manera indirecta la conquista de tal objetivo». Lo interesante es que Rojo estaba en contra de realizarlos, ya que establecía que, debido a la superioridad de los sublevados en Aviación, estos realizarían represalias sobre las poblaciones republicanas. Por lo tanto, él estaba a favor de bombardear inicialmente las inmediaciones de la capital y, cuando las tropas estuvieran cerca de la ciudad y esta se convirtiera en «frente de combate» y «objetivo militar» podrían realizarse acciones aéreas en la población «en contacto con las tropas de ataque». Por tanto, el jefe del EMC consideraba a Zaragoza, ciudad cercana al frente, como un objetivo no militar. Aunque Rojo lo tenía claro, lo consultaba con el ministro porque sabía que era una acción que podía afectar al curso de la guerra o a «derivaciones de tipo internacionales».607 El jefe del EMC sabía perfectamente la propaganda que había estado desarrollando la República en relación a los bombardeos aéreos y el rechazo que había en las democracias europeas a este tipo de acciones aéreas. Interesa esta cuestión porque muestra la importancia del contexto en la realización de los raids, ya que no hay constancia de que en los bombardeos recurrentes que se hicieron sobre la ciudad en mayo, por ejemplo, se pidiera permiso para hacerlos.
Desde el bombardeo de Bilbao y Guernica, aunque anteriormente ya se había realizado este tipo de campaña para Madrid, se habían intensificado las denuncias de los republicanos a los bombardeos aéreos sublevados en las poblaciones leales, con el objetivo de llamar la atención de la opinión pública y los gobiernos democráticos extranjeros. En este sentido, por ejemplo, estaba la pregunta realizada por el ministro de Estado al de Defensa Nacional en octubre sobre la altura de los bombarderos enemigos en los ataques a Valencia y Barcelona. La intención de esta petición era darle los datos al encargado de Negocios de Francia, que los había pedido para poder determinar si había sido un raid con el único objetivo de atacar a la población civil.608
Otro de los documentos relacionados con esta ofensiva era el de los objetivos a batir por cada uno de los grupos que formaban la Aviación republicana. El jefe del EM de las FF.AA. ordenaba al Grupo 24 actuar como aviación independiente, «actuando en masa sobre objetivos alejados de la zona de operaciones y cooperando a la maniobra que se desarrollará batiendo a los núcleos de reservas generales del enemigo, así como las vías y nudos importantes de comunicación, por los que se han de efectuar grandes transportes de fuerzas. Para el desarrollo de sus misiones, oportunamente se le comunicarán las órdenes particulares». Por lo tanto, los Katiuskas actuarían como aparatos en retaguardia, pero siempre actuando en colaboración con los movimientos terrestres propios. También se establecía la misión del grupo de caza, dedicado a impedir el bombardeo enemigo de las tropas propias, y del grupo 30, que se dirigiría a bombardear aquellos puntos de resistencia que impidieran avanzar a las fuerzas de tierra.609
En los primeros momentos de la batalla se bombardearon zonas del frente, como los vértices de Pilatos, Crucetas y Cabezo Pelado, y retaguardia inmediata, como Daroca o Jaca. El 25 de septiembre se envió una serie de aparatos, probablemente de la 3a escuadrilla del Grupo 24, a bombardear Jaca, siguiendo el itinerario de Castejón, Biescas, Sinués, Jaca y, a la vuelta, Sabiñánigo, Peralta de Alcofea y Castejón. Además de la ruta, en el boletín de operaciones también se establecía que se hizo un raid sobre Jaca. No obstante, en las fuentes sublevadas se hablaba de un ataque aéreo sobre el pueblo de Lumbier en Navarra, que distaba a más de 60 km de Jaca. Se concreta esta ruta porque era la única misión del día que pudo haber lanzado las bombas sobre la población navarra. Las bombas se lanzaron tanto en los campos de alrededor de la ciudad como en la calle principal de la villa. Provocaron 6 muertos y 5 heridos entre la población.610 La causa o causas del bombardeo se desconocen, más allá de atacar los objetivos militares en Jaca, a no ser que se observara algún tipo de movimiento de fuerzas militares en Lumbier en posible ruta entre Pamplona y el frente de Aragón. Iribarren también establece que en Liédana, situado a poca distancia de Lumbier, había un polvorín y efectivos militares,611 aunque esto no se ha encontrado en ninguna lista de objetivos de los servicios de información republicanos.
El 12 de octubre se intentó bombardear Zaragoza, pero parece que los aviones de caza y los antiaéreos sublevados lograron evitar el ataque.612 Sin embargo, uno de los bombardeos más importantes de la ofensiva fue el que se realizó el 15 de octubre sobre el aeródromo de Garrapinillos con 21 I-15 y 46 I-16, que ametrallaron y bombardearon la gran cantidad de aviones que había en el campo, destruyendo, según fuentes sublevadas, 27 y dañando a 46 aviones enemigos de unos 60 a 100 aparatos presentes en total. Por lo tanto, uno de los ataques a aeródromos más efectivos de toda la guerra, que los mismos sublevados admiraron.613
Cambiando al frente del sur, las operaciones de bombardeo continuaron con el bombardeo de Córdoba el 14 de octubre con 5 Natachas que lanzaron sus bombas sobre la Electromecánica614 y la batería antiaérea de las cercanías, sin provocar víctimas. Cinco días después se repitió el ataque a la ciudad, de nuevo con el objetivo de la Electromecánica y también de la vía férrea con Málaga y de las líneas de telégrafo y teléfono que conectaban esta capital con Sevilla y Algeciras. Hidalgo Luque establece que fueron 7 Natachas los atacantes, en dos oleadas sucesivas con un tiempo de separación de 5 minutos. No obstante, el bombardeo se introdujo en la relación de vuelos de Juan Francisco Gómez Martínez, ametrallador-bombardero de la 3a Escuadrilla del Grupo 24, así que debió haber algún bombardero tipo Katiuska entre los atacantes.615 Este mismo día también se atacó el aeródromo de Tablada, provocando un herido entre los obreros del campo. También se bombardeó con seis aparatos la población de Azuaga (Badajoz), provocando 19 muertos, entre ellos 3 militares, y 24 heridos, entre ellos 7 militares.616
Para los sublevados los bombardeos en el sur eran ataques contra ciudades abiertas sin objetivos militares y con el único objeto de crear inquietud entre la población civil.617 Aunque los objetivos a batir en estas ciudades habían sido fábricas y aeródromos, por lo que no se entiende que los sublevados los definieran de ese modo en un documento interno. También establecían que en Aragón los objetivos habían sido contra posiciones militares.
A pesar de que Asturias había sido ocupada completamente por los sublevados el 21 de octubre, los ataques en el frente de Aragón continuaron. El 5 de noviembre se lanzó un ataque masivo sobre la ciudad de Zaragoza que implicaba a 24 SB, que consiguieron alcanzar un polvorín, lo que se confirmaba a través de una fotografía de la BNE sobre el bombardeo.618 El raid se llevó a cabo como represalia por los ataques sublevados a Barbastro y Lérida. La causa del ataque aéreo cobra sentido en tanto en cuanto se ha visto que Rojo no estaba de acuerdo con los bombardeos aéreos sobre la ciudad, ya que ello podría desencadenar una ofensiva aérea rebelde sobre las poblaciones de retaguardia. La opinión del jefe del EMC se circunscribía al contexto de la ofensiva de octubre sobre Zaragoza, pero la opinión sobre las contrapartidas que pudiera tener el bombardeo contra la ciudad eran las mismas en noviembre. Lo único que había cambiado era que los sublevados estaban incrementando cada vez más sus operaciones aéreas en retaguardia y, por lo tanto, no cabía esperar una respuesta ante este ataque aéreo porque ya la estaban sufriendo. Por lo que, como se verá también para la serie de raids de enero de 1938, parece que la República había decidido contrarrestar las operaciones sublevadas con misiones análogas para intentar detener este tipo de acciones por parte de los rebeldes.
Durante el 12 de noviembre, se desarrollaron operaciones sobre Teruel, Calatayud y Molina de Aragón. La primera se atacó con 18 Natachas; la segunda con 15 Katiuskas, con el objetivo establecido en la estación; y la tercera por uno de estos últimos aparatos que no había podido lanzar sus bombas sobre Calatayud.
En relación con estos últimos ataques, Prieto señalaba a Hidalgo de Cisneros en una comunicación que los objetivos bombardeados eran secundarios, mientras que bombardear Tudela hubiera sido más acertado. Sin embargo, establecía que en la reunión sobre los objetivos a batir habían quedado en que la prioridad era atacar Zaragoza y Pamplona, ya que eran más importantes porque sabían que había muchas tropas en ellas. Era parte de la estrategia en un periodo en el que los sublevados habían acabado su ofensiva en el norte y se encontraban en un parón entre una operación y otra. Por ello creía Prieto que la mejor manera de realizar una ofensiva en ese momento era mediante la Aviación. Con ese fin, se habían establecido objetivos en las grandes bases, como Pamplona y Zaragoza, donde se estaban concentrando las tropas venidas del norte. No creía conveniente atacar objetivos cercanos al frente porque los sublevados trasladaban sus tropas con poco tiempo respecto a la ofensiva para intentar dar pocas pistas de dónde se produciría el próximo avance. Por otro lado, el ministro matizaba que realizar la operación en la primera ciudad era arriesgado619 y que en la segunda había mucha dificultad técnica.
Con todo, Cisneros le establecía en la comunicación que se había atacado Calatayud porque la Jefatura creía que era más importante por estar el enemigo acumulando en esta urbe material y personal para la próxima ofensiva, por tener la residencia el gran jefe del sector sur de Zaragoza-Teruel y por situarse en esta un cuartel de artillería donde se almacenaba gran cantidad de material y personal de esa arma. Por parte del jefe de las FF.AA. republicanas se establecía que era vital atacar este punto porque sabían que los sublevados transportaban sus tropas a primera línea en la víspera o, como mucho, dos días antes de iniciar una ofensiva. Por ello, habían lanzado la operación contra Calatayud, para destrozar los preparativos de un posible avance. Añadía que para realizar las operaciones que pedía el ministro había que correr mucho riesgo y que esto debía ser tomado en consideración por la escasez de aviones que tenía la Aviación republicana.620
Por otro lado, en noviembre se produjeron dos ataques a posiciones de retaguardia del frente de Aragón, como eran Tudela (Navarra) y Alfaro (Logroño), y Mendavia (Navarra), los días 23 y 27 de noviembre respectivamente. Ya se ha visto como Tudela era objetivo de los republicanos por ser centro de reserva y abastecimiento del frente de Aragón, localizándose depósitos de material de guerra.621 Igualmente, los británicos comentaban que habían detectado que en este enclave se había establecido el Cuartel General de Franco para el sector del Ebro, aunque se desconoce si los republicanos tenían esta misma información. En el caso de Alfaro, la razón que pudiera justificarlo sería por estar alojado en el pueblo o cerca de éste, parte del Cuerpo de Ejército de Galicia, formado el 1 de noviembre, aunque esta noticia se ha obtenido de una fuente sublevada y no se tiene constancia de que los republicanos detectaran este hecho concreto. La misión se tenía que realizar con tres escuadrillas, dos desde la Sénia, y una desde un aeródromo de Lleida. Sin embargo, finalmente solo 10 aparatos bombardearon Tudela, 8 de la 1a escuadrilla, mientras que 3 atacaron Jaca, que según Fuentes Gómez era objetivo secundario debido a complicaciones por el mal tiempo, según Abrosov. En el caso de Mendavia, era un enclave cercano a Agoncillo, donde se encontraba el aeródromo de Logroño.622
NOTAS A PIE DE PÁGINA
136 Como se señala Maldonado Moya, casi ningún pueblo de las provincias de Teruel y Zaragoza había quedado en manos republicanas, solo la parte oriental de Huesca se mantenía leal al Gobierno de Madrid (José María Maldonado, El frente de Aragón: la Guerra Civil en Aragón (1936-1938) (Mira Editores, 2007), 39)
137 Parece que antes de esta fecha hubo dos columnas, de pequeño tamaño, que ya iniciaron su camino hacia Aragón el 21 de julio (Maldonado, 45)
138 Cardona, Historia militar de una guerra civil, 62-63; Lojendio, Operaciones militares de la guerra de España, 1936-1939, 83-84; Diego Abad de Santillán, Por qué perdimos la guerra: una contribución a la historia de la tragedia española (Madrid: G. Del Toro, 1975), 84.
139 Maldonado, El frente de Aragón, 41-45.
140 José María Maldonado, «Los bombardeos aéreos en Aragón», en Guerra Civil en Aragón: 70 años después: [exposición], ed. Ángela Cenarro Lagunas y Víctor Pardo Lancina (Zaragoza: Diputación Provincial de Zaragoza, 2006), 145-46.
141 «Otro telegrama», Heraldo de Zamora, 22 de julio de 1936.
142 «A lo que quedo [sic] reducido el bombardeo de Zaragoza», La Gaceta Regional de Salamanca, 23 de julio de 1936.
143 Laureau establece que se produjo el día 20 de julio (Patrick Laureau, La aviación republicana espa- ñola, vol. 1 (Toulouse: P. Laureau, 1976), 60.
144 «Bombardeo de Zaragoza», La Libertad, 22 de julio de 1936; Salas Larrazábal, Guerra aérea 1936/39, 1998, I:76.
145 «Intenso bombardeo de Zaragoza», El Día de Alicante, 23 de julio de 1936; Salas Larrazábal, I:76-77.
146 «Zaragoza no ha sido bombardeada», Diario de Burgos, 23 de julio de 1936. En la «A lo que quedo [sic] reducido el bombardeo de Zaragoza», La Gaceta Regional de Salamanca, 23 de julio de 1936 también aparece la descripción del bombardeo.
147 Laureau y Maldonado dicen que fue el 25 de julio, aunque Sandino establece que fue el 24 de julio (Laureau, La aviación republicana española, 1:61; Maldonado, «Los bombardeos aéreos en Aragón», 144; Díaz Sandino, De la conspiración a la revolución, 1929-1937, 145).
148 Eran los tipos Douglas DC-2 y Dragon Rapide.
149 Laureau, La aviación republicana española, 1:61.
150 Comisión gestora de Zaragoza, Actas de la Comisión Gestora de Zaragoza (29 de julio de 1936),
AMZ, p. 199.
151 Según el arquitecto director de la obra de consolidación del templo cayeron una «en la bóveda que se apoya en la pilastra situada junto a la entrada y en el rincón que forma con la Santa Capilla» y otra «en la bóveda del coreto sobre el órgano» (Teodoro Ríos, «El bombardeo aéreo del Pilar», Aragón: revista gráfica de cultura aragonesa, no131 (agosto de 1936): 148)
152 José Luis Alcofar Nassaes, «Una nueva hipótesis sobre el bombardeo del templo del Pilar de Zarago- za», Historia y vida, n.o 262 (1990): 88-90; Maluquer, La aviación de Cataluña en los primeros meses de la guerra civil, 78-79; Díaz Sandino, De la conspiración a la revolución, 1929-1937, 140; Luis Monreal y Tejada, Arte y guerra civil (Angüés: La Val de Onsera, 1999), 30.
153 Maluquer, La aviación de Cataluña en los primeros meses de la guerra civil, 78-79.
154 Pseudónimo que hizo servir José Luís Infiesta Pérez en sus primeras obras.
155 Alcofar Nassaes, «Una nueva hipótesis sobre el bombardeo del templo del Pilar de Zaragoza», 90.
El puente era considerado como estratégico en un informe sobre Zaragoza de la 2a sección de la Consejería de Defensa de la Generalitat (2a sección de la Consejería de Defensa de la Generalitat, «Informaciones sobre Zaragoza» (12 de agosto de 1936), CDMH, S. Incorporados, C. 688).
156 El testimonio es el cabo de milicias Jesús Francisco Perisé que estaba en la explanada del cuartel del regimiento de Caballería de Castillejos (Martín Ibarra Benlloc, «Zaragoza, 3 de agosto de 1936. El S.T.M. de la Virgen del Pilar y el Milagro de las bombas», ARBIL, accedido 25 de octubre de 2018, http://www.arbil.org/ (83)bomb.htm; «Las bombas que cayeron en el Pilar», Zaragoza Guia .com (blog), 1 de agosto de 2018, http:// zaragozaguia.com/las-bombas-del-pilar/)
157 Teodoro Ríos, «El bombardeo aéreo del Pilar», Aragón: revista gráfica de cultura aragonesa, no131 (agosto de 1936): 148.
158 Se encontraba en la plaza del Seo («Historia del Seminario de Zaragoza | Seminario de Zaragoza», accedido 20 de noviembre de 2018, http://www.seminariozaragoza.org/seminario/historia).
159 2a sección de la Consejería de Defensa de la Generalitat, «Informaciones sobre Zaragoza» (12 de agosto de 1936), CDMH, S. Incorporados, C. 688; Ramon Rufat, Espions de la République: mémoires d’un agent secret pendant la guerre d’Espagne (Editions Allia, 1990), 317-19.
160 Jefe del Servicio de Información Especial, (10 de febrero de 1937), Centro Documental de Memoria Histórica, Sección Incorporados, C. 731, Exp. 2.
161 Maldonado, El frente de Aragón, 88.
162 Tejada, Arte y guerra civil, 29; Ibarra Benlloc, «Zaragoza, 3 de agosto de 1936. El S.T.M. de la Virgen del Pilar y el Milagro de las bombas».
163 El lanza bombas se había introducido por parte de dos aviadores y un mecánico,que habían tenido que ingeniárselas para adaptar un avión civil para que pudiera utilizarse como bombardero (Díaz Sandino, De la conspiración a la revolución, 1929-1937, 140; Maluquer, La aviación de Cataluña en los primeros meses de la guerra civil, 97; Alcofar Nassaes, «Una nueva hipótesis sobre el bombardeo del templo del Pilar de Zaragoza», 118.
164 Adolfo Capella, Visita a España Nacionalista: relatos documentados de un testigo Cruz Roja (Mon- tevideo: Tip. La Industrial, 1938), 35; «Las bombas que cayeron en el Pilar».
165 Documentación recopilada por Mapi Rodríguez y Elena de la Riva, «El hombre que “echó un cable” a la Virgen del Pilar», Heraldo de Aragón, 25 de octubre de 2016, https://www.heraldo.es/noticias/comuni- cacion/2016/10/25/el-hombre-que-echo-cable-virgen-del-pilar-1125997-311.html; Solé i Sabaté y Villarroya i Font, España en llamas, 29-30.
166 «Imponentes actos de desagravio a la Virgen del Pilar en Zaragoza», La Gaceta Regional de Salamanca, 6 de agosto de 1936; «Aragón en pie contra Cataluña. Enorme indignación por el bombardeo de El Pilar», El Diario Palentino, 5 de agosto de 1936; y s.a., “Otra salve popular en Vitoria”, El Día de Palencia, 5 de agosto de 1936; «El pilar de Zaragoza», La Gaceta Regional de Salamanca, 5 de agosto de 1936; Orlan- do, «Cobarde y sacrílego atentado», Aragón: revista gráfica de cultura aragonesa, no131 (agosto de 1936): 149; s.a. «Después del vil atentado contra el templo del Pilar», Aragón: revista gráfica de cultura aragonesa, no131 (agosto de 1936): 146.
167 Cifra, «Aniversario del bombardeo del Pilar por un avión rojo», ABC, 4 de agosto de 1939; CIFRA, «El XVII aniversario del bombardeo del Pilar», ABC, 4 de agosto de 1953; Mencheta, «Zaragoza conmemoró el fracasado bombardeo del Pilar», ABC,4 de agosto de 1961.
168 S.a., «Los hidros que bombardearon Sietamo [sic]», El Tiempo, 6 de agosto de 1936; s.a., «Se bombar- dea el templo del Pilar», Heraldo de Castellón, 5 de agosto de 1936.
169 S.a., «El templo del Pilar ha tenido que ser bombardeado», El Liberal, 4 de agosto de 1936; s.a., «El bombardeo de Zaragoza», El Luchador, 4 de agosto de 1936.
275 Alfredo Kindelán, «Informe para el general en jefe acerca de la situación actual de las fuerzas aéreas beligerantes» (6 de diciembre de 1936), AHEA, A-123; Saiz Cidoncha, Aviación republicana, 2006, I:274.
276 Air Staff Intelligence (RAF), «Summary No. 6. Spanish Civil War» (11 de octubre de 1936), TNA, HW 22/1.
277 [Telegramainterceptadoporlosbritánicos](27deagostode1936),TNA,HW17/27/6781;[Telegrama interceptado por los británicos] (12 de noviembre de 1936), TNA, HW 17/27/7424.
278 Abrosov, V nebe Ispanii 1936-1939 gody, 23; A. R. Efimenko, N. A. Myshov, y N. S. Tarkhova, RKKА i Grazhdanskaya vojna v Ispanii. 1936–1939 gg. Tom 1: Sborniki No 1–15 (Moscú: Izdatel’stvo «Politicheska- ya ehntsiklopediya» (ROSSPEHN), 2019), 209. Pete Doherty, piloto británico voluntario en la Aviación repu- blicana, señalaba la presencia para el 20 de octubre de unos 7 bombarderos en el frente de Madrid. En cuanto a los cazas, establecía en esta misma zona la existencia de 19 aparatos, incluidos 9 cazas soviéticos («Interview with British Pilot on return from Spanish War», (2 de noviembre de 1936), TNA, FO 371/20547/64-71).
279 Hidalgo de Cisneros, Memorias 2. La República y la guerra de España, 288.
280 También reflejado en Martín Blázquez, I helped tu build an army civil war memoirs of a Spanish Staff Officer, 147-48; Salas Larrazábal, La guerra de España desde el aire, 187-88; Saiz Cidoncha, Aviación republicana, 2006, I:250-51, 274-75; Carlos Lázaro Ávila, «Ángel Pastor», en 25 militares de la República, ed. Javier García Fernández (Madrid: Ministerio de Defensa, 2011), 779; Carlos Lázaro Avila, Isidoro Giménez, maestro de pilotos (Carlos Lázaro Ávila, 2019), 68 y 102.
281 «Informe villa Nacho Enea, Irún, Zaragoza...» (ca. octubre 1936), CDMH, S. Incorporados, C. 728 Exp. Informe villa Nacho Enea, Irún, Zaragoza... (Hernán Rodríguez Velasco, Una derrota prevista: el es- pionaje militar republicano en la Guerra Civil española (1936-1939) (Granada: Editorial Comares, 2012), 36).
282 Martín Retortillo, Huesca vencedora, 71-72; Lojendio, Operaciones militares de la guerra de Espa- ña, 1936-1939, 38-39.
283 Rufat, Espions de la République, 317-19.; sección segunda del EM del Cuartel General de la 2a colum- na de las milicias antifascistas, «Informes de Zaragoza» (18 de noviembre de 1936), CDMH, S. Incorporados, C. 727, Sign. 5.6.4.0-70.
408 Abrosov, V nebe Ispanii 1936-1939 gody, 75.
409 «Copias» (16 de febrero de 1937), AHEA, A-182, Doc. 34.
410 Según este plan ello se debía al malestar económico y a la represión franquista.
411 Este plan de levantamiento ya se habría propuesto junto a la ofensivas obre Extremadura que a finales de 1936 habían diseñado las autoridades militares republicanas (Rodríguez Velasco, Una derrota prevista, 106-8). No obstante, el presentado en estas hojas aparecía como una acción aparte de ese plan ofensivo al que no se le había establecido fecha para llevarlo a cabo.
412 General en jefe del EM, (14 de enero de 1937), CDMH, S. Incorporados, C. 675. Exp. 20.
413 General jefe del Aire, «Resumen de las operaciones del día 17 de febrero de 1937», (17 de febrero de 1937), AHEA, A-9144; «Copias» (16 de febrero de 1937), AHEA, A-182, Doc. 34.
414 Sección de información del EM del Ministerio de la Guerra, «Información» (18 de enero de 1937), CDMH, S. Incorporados, C. 731, Exp. 2.
415 Jefe del Servicio Militar de Ferrocarriles, (22 de febrero de 1937), AGMAV, C. 2755, 573, 16; General jefe del aire, «Resumen de las operaciones del día 18 de febrero de 1937», (18 de febrero de 1937), AHEA, A-9144.
416 General en jefe del EM, (14 de enero de 1937), CDMH, S. Incorporados, C. 675. Exp. 20.
417 Jefe de la Sección de Información del EM del Ministerio de la Guerra, «Nota para transmitir por teletipo» (6 de febrero de 1937), AGMAV, C. 1634, 97 / 1.
418 General jefe del Aire, (21 de febrero de 1937), AHEA, A-012946; General jefe del Aire, «Resumen de las operaciones del día 21 de febrero de 1937», (21 de febrero de 1937), AHEA, A-9144; Gárate Córdoba, Partes oficiales de guerra 1936-1939. Ejército de la República, II:219.
419 Ministerio de Marina y Aire, (22 de febrero de 1937), AGMAV, C, 2216, 2, 3 / 118.
420 Gobernador general, (22 de febrero de 1937), AGMAV, C. 2543, 329, 25.
421 Jefe del EM del Ejército del Centro,(3 de marzo de 1937), AGMAV,C.433,5,4/2; jefe EM del Ejército del Centro, (5 de marzo de 1937), AGMAV, C.433,5,4 / 9; jefe del EM del Ejército del Centro, (7 de marzo de 1937), AGMAV, C.433,5,4 / 10.
422 Jefe de la Sección de Información del EM de las Fuerzas de la Defensa de Madrid, «Para Aviación» (5 de marzo de 19137), AGMAV, C.433, 5 , 4 / 6.
461 Saiz Cidoncha, Aviación republicana, 2006, I:405-6.
605 Antiaeronáutica del EM del Aire, «Nota para la 2a sección» (9 de septiembre de 1937), AHEA, A-000102.
606 Tabernilla y Lezamiz, El informe de la República por la pérdida del Frente Norte, 270-74.
607 Vicente Rojo, (30 de septiembre de 1937), AHN, Diversos-Vicente Rojo, C. 21, Subcarpeta 5. El con- tenido del mensaje llegó a oídos de los sublevados a través de prisioneros (2a sección del EM de la Jefatura del Aire, (1 de noviembre de 1937), AHEA, A.-123).
608 Ministro de Estado, (9 de octubre de 1937), AGA, Grupo de fondos 10, Sign. 12/3229, Carp. 6, Pl. 2; García, Mentiras necesarias la batalla por la opinión británica durante la Guerra Civil, 207-12; Azcárate, Mi embajada en Londres durante la Guerra Civil Española, 90-93.
609 Jefe de EM de las FF.AA., (27 de septiembre de 1937), AGMAV, C. 255, 5, 2 / 2.
610 Gumersindo Arean, «Relación de vuelos efectuados por el Teniente Ametrallador-Bombardero D. Juan Francisco Gómez Martínez» (noviembre de 1937), AUA, AD, F. ADAR, DIG_071_41; jefe de la 3a Sec- ción del EM de las FF.AA., «Boletín de operaciones no539» (25 de septiembre de 1937), CDMH, S. Incorpo- rados, C.700, Exp. 7; Gárate Córdoba, Partes oficiales de guerra 1936-1939. Ejército nacional, I:228; Jesús Iribarren, «Lumbier, un caso insólito», Diario de noticias, 9 de noviembre de 1997.
611 Iribarren, «Lumbier, un caso insólito».
612 Gumersindo Arean, «Relación de vuelos efectuados por el Teniente Ametrallador-Bombardero D. Juan Francisco Gómez Martínez» (noviembre de 1937), AUA, AD, F. ADAR, DIG_071_41; Ministerio de Estado, «Gran vitoria aérea nacional» (14 de octubre de 1937), AFJN, Doc. No 1MES2010102010008009.
613 2a Sección del EM de la Jefatura del Aire,(31deoctubrede1937),AHEA,A-123,Doc.231-232;Salas Larrazábal y de Madariaga Fernández, El Bimotor de bombardeo rápido Tupolev SB-2, 59; David Gesalí Barrera y David Íñiguez Gràcia, La guerra aèria a Catalunya (1936-1939) (Barcelona: Rafael Dalmau, 2012), 274-77; Alfonso López López García, «Guerrilleros y sabotaje en la retaguardia enemiga durante la guerra civil española» (Universidad CEU San Pablo, 2017), 456; Abrosov, V nebe Ispanii 1936-1939 gody, 149.
614 Las fuentes republicanas hablaban de «Hidro-eléctrica» pero no se ha encontrado ningún edificio de este tipo en la ciudad. Igualmente, las fuentes sublevadas señalaban que este bombardeo se situó en Córdoba y que alcanzó a la Electromecánica, por lo que probablemente fue un error de denominación por parte de los leales.
615 Gumersindo Arean, «Relación de vuelos efectuados por el Teniente Ametrallador-Bombardero D. Juan Francisco Gómez Martínez» (noviembre de 1937), AUA, AD, F. ADAR, DIG_071_41; Ministerio de Defensa Nacional, (14 de octubre de 1937), AFJN, Doc. No 1MDN2020100030010001; general jefe del Ejér- cito del Sur, (19 de octubre de 1937), AGMAV, C. 2482, 22 / 2; Hidalgo Luque, La Guerra Civil en Córdoba, 133-34; Historial del Regimiento de Artillería Pesada No. 1 durante el glorioso Movimiento Nacional, 1936- 1939, 355.
616 [Telegrama interceptado por los británicos a las fuerzas aéreas italianas en España], «Italian Air For- ce in Spain» (22 de octubre de 1937), TNA, HW, 21/3/0277; general jefe del Ejército del Sur, (19 de octubre de 1937), AGMAV, C. 2482, 22 / 2.
617 2a Sección del EM de la Jefatura del Aire, (31 de octubre de 1937), AHEA, A-123, Docs. 231-232.
618 Gumersindo Arean, «Relación de vuelos efectuados por el Teniente Ametrallador-Bombardero D. Juan Francisco Gómez Martínez» (noviembre de 1937), AUA, AD, F. ADAR, DIG_071_41; (7 de noviembre de 1937), Marín Chivite (Delegación del Estado para Prensa y Propaganda), BNE, GC-CAJA/115/15; Air Staff Intelligence (RAF), «Spanish Civil War. Report No. 62» (21 de noviembre de 1937), TNA, HW, 22/2; Abro- sov, V nebe Ispanii 1936-1939 gody, 181.
619 Establecía Prieto que «una segunda edición de lo de Zaragoza constituye un riesgo mayor que el de la primera [Calatayud]».
620 Indalecio Prieto e Ignacio Hidalgo de Cisneros, (12 de noviembre de 1937), AFIP, C. 15, L. 1502.
621 Jefe de gabinete de Cartografía, (9 de octubre de 1937), CDMH, S. Incorporados, C. 749, Exp. 4, Docs. 1 y 2. Prieto también establecía esta ciudad como objetivo debido a ser centro de concentración de uni- dades militares en el frente del Este (Prieto, Cómo y por qué salí del Ministerio de Defensa Nacional, 106).
622 Gobierno militar de Logroño, «Estado de los Bombardeos sufridos por esta Capital, pueblos de la provincia y el limítrofe de Mendavia (Navarra)» (14 de julio de 1937), AGMAV, C.2543, 330, 4 / 24; Air Staff Intelligence (RAF), «Spanish Civil War. Report No. 64» (5 de diciembre de 1937), TNA, HW, 22/2; Carlos Engel, Historia de las divisiones del ejército nacional, 1936-1939 (Madrid: Almena, 2010), 184; Abrosov, V nebe Ispanii 1936-1939 gody, 183; Gesalí Barrera y Íñiguez Gràcia, La guerra aèria a Catalunya (1936-1939), 323-25; Otelo Fuentes Gómez, Un quijote con alas rojas. Biografía novelada de Arquímedes Gómez Palazón (Otelo Fuentes Gomez, 2014), 88; Esteban C. Gómez, El eco de las descargas: adiós a la esperanza republicana (Barcelona: Escego, 2002), 383.
623 Air Staff Intelligence (RAF), «Spanish Civil War. Report No- 62» (21 de noviembre de 1937), TNA, HW, 22/2; jefe del EMC, «Para comunicar por teletipo» (9 de noviembre de 1937), CDMH, S. Incorporados, C. 747, Exp. 10; «Juan Caldevila, piloto observador navegante, en la cabina de observados de un SB-2 no 60» (s.f.), AUA, AD, F. ADAR, AD 221/18; «Entierro de las víctimas», Diario de Navarra, 25 de mayo de 1937; García Dolz, «Leocadio Mendiola», 102-3; Abrosov, V nebe Ispanii 1936-1939 gody, 181.
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