CIENTÍFICOS CONTRA EL ALARMISMO CLIMÁTICO: «EL RÉCORD DE CALOR EN 2024 TIENE CAUSA NATURAL»


Científicos contra el alarmismo climático: «El récord de calor en 2024 tiene causa natural»

La Asociación de Realistas Climáticos rebaja la inquietud por la subida de 1,5 °C de la temperatura global


2024 ha sido el año más cálido desde que hay registros y, con una temperatura media global de 15,1 °C, el primero por encima de 1,5 °C respecto a los tiempos anteriores a la Revolución Industrial. Esto ha motivado la alarma de Naciones Unidas, que asegura que este máximo histórico está impulsado por los «niveles récord de gases de efecto invernadero debido a las actividades humanas». También ha llamado a los líderes a «actuar ahora» con nuevos planes para «evitar lo peor de la catástrofe climática».

Sin embargo, la Asociación de Realistas Climáticos, nacida tras la trágica riada en Valencia para combatir el «alarmismo climático», llama a la calma. «Esto es algo lógico porque los indicadores climáticos muestran que el planeta se está calentando desde que terminó la Pequeña Edad de Hielo hacia 1840, cuando las emisiones humanas de CO2 eran todavía insignificantes. Y al igual que un niño que crece bate su récord de altura cada poco, un planeta que se calienta hace lo mismo con su temperatura», explican sus integrantes, Javier Vinós (científico y experto climático independiente), Javier del Valle Melendo (profesor de Hidrología, Climatología y Geología) y Saúl Blanco (profesor de Biodiversidad y Gestión Ambiental)

«No hay nada anormal en el nuevo récord de temperatura de 2024. Lo que las agencias encargadas de la medición de la temperatura media del planeta no nos cuentan es algo que todos los científicos sabemos: el que un año sea más caliente o más frío que el anterior se debe a factores naturales». Los científicos recuerdan que el aumento de CO2 en la atmósfera en 2024 ha sido de tan solo 3,5 partes por millón (un 0,8%), y esto es «demasiado poco para que se note su efecto sobre la temperatura global».

Por tanto, «no debemos responsabilizarnos por los récords de temperatura de 2023 y 2024, que se deben a la variación natural». Lo que sí debería preocuparnos es que «los científicos no saben qué ha causado la subida abrupta de la temperatura global en estos años». Gavin Schmidt, director del Instituto de Estudios Espaciales Goddard de la NASA, lo reconoció en marzo de 2024 en un artículo publicado en la revista Nature y titulado, de manera muy descriptiva, Los modelos climáticos no pueden explicar la enorme anomalía térmica de 2023: podríamos estar en territorio desconocido.

«Con una franqueza poco habitual en los climatólogos, Schdmit reconoce que la presente anomalía de temperatura ha surgido de la nada, revelando una laguna de conocimiento sin precedentes», asegura la ACR, que critica que que «el mundo occidental se ha embarcado en una cruzada contra los combustibles fósiles a los que se responsabiliza sin pruebas del cambio climático»: «Lo que sí sabemos es que el efecto invernadero no es responsable del récord de temperatura».

Menos nubes, más temperatura

Los científicos señalan que la reducción en la cubierta de nubes es responsable del récord de temperatura. Un grupo de científicos alemanes demostró en diciembre de 2023 que aquel año se produjo una reducción sin precedentes de un 4% en la capa de nubes bajas de los trópicos y del hemisferio norte. Al disminuir las nubes, parte de la radicación solar que se refleja incidió sobre la superficie, calentando los océanos de forma inusitada.

Sin embargo, no tienen claro a qué se debe la repentina reducción en la cubierta de nubes. Como hipótesis, barajan la erupción del volcán submarino Hunga Tonga en enero de 2022. «No hay precedentes de una erupción submarina que alcance la estratosfera depositando en ella una cantidad muy grande de vapor de agua, capaz de alterar el clima», sostienen, por lo que «es posible que pasen años antes de que podamos explicar debidamente la causa del presente fenómeno climático natural».

Mensaje de calma

El mensaje de los científicos contra el alarmismo climático es de calma. «A pesar de que 2024 ha sido el año más caliente de los registros, en septiembre en el Ártico había 4,4 millones de km2 de hielo, más de lo que había en 2007, hace 17 años. En 2024, el nivel del mar hasta el mes de noviembre ha subido 3,4 milímetros, en la media de los últimos 30 años. Los datos del Instituto de Ciencia Marítima de Australia muestran que la cubierta de coral sigue aumentando en la Gran Barrera de Arrecife hasta alcanzar los niveles más altos desde que hay mediciones. Y en el mes de diciembre, un grupo de científicos chinos demostraba que la capacidad destructiva de huracanes y ciclones tropicales lleva disminuyendo desde mediados de los años 90».

En definitiva, superar los 1,5°C establecidos como límite no parece tener los desastrosos efectos que se temían. «Si el calentamiento de los dos últimos años tiene un origen natural, y los temidos efectos de superar los 1,5°C no se han hecho notar, cabe preguntarse si no estamos exagerando los impactos del calentamiento, que tiene ya como poco medio siglo», dicen: «Nuestro conocimiento del cambio climático resulta ser insuficiente y nuestros temores, infundados».



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