CARTA FUNDACIONAL DE HAMAS EL PAPEL DE LA MUJER MUSULMANA
CARTA FUNDACIONAL DE HAMAS
EL PAPEL DE LA MUJER MUSULMANA
ARTÍCULO 12
Una mujer puede ir a luchar sin el permiso de su marido y un
esclavo sin el permiso de su dueño.
ARTÍCULO 17
La mujer musulmana tiene un papel no menos importante que el del varón musulmán en la lucha por la liberación. Es ella la que hace a los hombres. Y es importante su papel en la guía y educación de las nuevas generaciones. Los enemigos se han dado cuenta de su importancia y creen que si son capaces de son parte de las organizaciones sionistas que adoptan varios nombres y formas, como los masones, los rotarios, las redes de espionaje y otras organizaciones
Todos son saboteadores y centros de destrucción. Estas organizaciones sionistas cuentan con grandes medios materiales que les permiten desempeñar un papel significativo en la sociedad para llevar a cabo sus objetivos sionistas e introducir conceptos que sirven al enemigo. Mientras esas organizaciones actúan el islam está ausente y enajenado de su pueblo. Los islamistas deben desempeñar su papel y enfrentarse con los modelos de esos saboteadores.Cuando llegue el día en que el islam dirija la vida, eliminará esas organizaciones hostiles a la humanidad y al islam
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ARTÍCULO 18
La mujer, sea madre o hermana, tiene el papel más importante en la casa y la familia del combatiente (muyahid), al cuidar del hogar y educar a los hijos con el carácter ético y el conocimiento que viene del islam, así como al enseñar a sus hijos a cumplir con sus obligaciones religiosas y prepararlos para la contribución a la yihad que les espera. Desde esta perspectiva es necesario cuidar las escuelas y los currículos en la educación de la joven musulmana para que esta llegue a ser una madre virtuosa y consciente de su papel en la lucha por la liberación. Debe tener la conciencia y la atención necesarias para dirigir una casa. Para continuar la lucha en estas arduas circunstancias, es preciso que la mujer sea ahorradora y que evite gastar despreocupadamente los ingresos de la familia. Debe tener siempre en cuenta que el dinero es como la sangre, que solo debe correr en las venas, para sostener por igual la vida de los padres y la de los hijos
En verdad que a los hombres y mujeres musulmanes, a los hombres y mujeres que son verdaderos creyentes, a los hombres devotos y las mujeres devotas, a los hombres sinceros y las mujeres sinceras, a los hombres y las mujeres pacientes, a los hombres y las mujeres humildes y a los hombres y las mujeres que dan limosna, a los que conservan su castidad y a los hombres y las mujeres que Alában a Alá. A todos ellos Alá les ha preparado perdón y una magnífica recompensa (sura 33, al-Ahzab, v. 35)
ARTÍCULO 20
Este es el espíritu islámico que ha de prevalecer en toda sociedad musulmana. Una sociedad que se enfrenta a un enemigo vicioso, que se comporta como un nazi al no diferenciar entre hombres y mujeres o entre jóvenes y viejos, ha de ser la
primera en adornarse con este espíritu islámico. Nuestro enemigo se apoya en el castigo colectivo, roba al pueblo su tierra y sus propiedades, y los persigue en las tierras del exilio y enmigo vicioso, que se comporta como un nazi al no diferenciar entre hombres y mujeres o entre jóvenes y viejos, ha de ser la primera en adornarse con este espíritu islámico. Nuestro enemigo se apoya en el castigo colectivo, roba al pueblo su tierra los lugares en donde se reúnen. Nuestro enemigo ha adoptado la práctica de romper nuestros huesos y de disparar a mujeres,
niños y viejos —con o sin razón—, ha creado campos de concentración para colocar en ellos a miles de personas en condiciones inhumanas, sin mencionar la demolición de las casas, los niños que se han quedado huérfanos y las tiránicas leyes contra miles de jóvenes que los obligan a pasar sus mejores años en la oscuridad de la prisión.
El nazismo de los judíos ha incluido a mujeres y niños. El terror es para todos. Asustan a la gente en su vida cotidiana, confiscan su riqueza y amenazan su honor. El trato y el terrible comportamiento que tienen para con el pueblo es más violento del que tendría un criminal de guerra. La deportación de la pro-
pia patria es una forma de asesinato.
Para enfrentarse con este comportamiento la gente debe unirse solidariamente.
Hemos de enfrentarnos al enemigo como un solo cuerpo; si un miembro sufre, el resto debe estar vigilante y acudir a su defensa
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