CONFERENCIA DEL MINISTRO DE JUSTICIA GARCÍA OLIVER. LA CORRESPONDENCIA DE VALENCIA . PORTAVOZ DE LA " UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES" .1 DE NERO DE 1937
LA CORRESPONDENCIA DE VALENCIA,
PORTAVOZ DE LA " UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES"
1 DE ENERO DE 1937
ENLACE AL DIARIO. 1 DE ENERO DE 1937
Ayer, en el Gran Teatro
LA CONFERENCIA DEL MINISTRO DE JUSTICIA
En el Gran Teatro dio ayer tarde su anunciada conferencia el ministro de Justicia, de la C. N. T, García Oliver sobre el tema «Nuevas orientaciones de la justicia». El acto estaba organizado por el ministerio de Propaganda. Hizo la presentación del orador, el ministro de Propaganda, Carlos Esplá. En el escenario se encontraban con éste y el orador, y el presidente interino del Supremo, Mariano Gómez, el subsecretario de Justicia Sánchez Roca y el ex fiscal De Jun.
Con este acto—dijo Esplá—se inicia una labor de propaganda de las nuevas orientaciones do la Justicia. Que mi compañero de Gobierno García Oliver os va a exponer con toda la energía de un hombre de acción.
Habla García Oliver
Cúmplese a mi— comenzó, diciendo el ministro de Justicia - hablaros de las nuevas orientaciones de la justicia y de su transformación . A mí, que he sido presidiario y tengo a orgullo haberlo sido
Como dice el general de Sevilla, es vuestro ministro de Justicia un presidiario.
Toda España ha sido un presidio; todos hemos estado presos durante años y años, sometidos a los grandes carceleros: el militar, el obispo, los plutócratas. Pero la España presidiaria vencerá a sus carceleros
Así ocurrió en Francia y en Rusia y así ocurrirá en España.
En España no hay sólo guerra. Hay también revolución, porque hay revolución, hay transformación, hay reconstrucción. Esto deben saberlo las masas para actuar en esta renovación con una actuación inconsciente.
En realidad, nuestro movimiento. el que padecemos, no es una guerra propiamente dicha. En toda guerra hay dos potencias. Aquí no hay más que una, la clase trabajadora. Los enemigos representan sólo un movimiento regresivo.
¿Qué teníamos que hacer nosotros ante el extenso alzamiento militar? ¿Hablamos de crear fuerzas de seguridad que inspiraren confianza a la ciase trabajador? ¿Íbamos a esperar a qué terminase la guerra, para volver a utilizar aquellas fuerzas represivas? Por ello la guerra no se puede separar de la idea de resolución.
Con los instituciones creadas de origen popular-Juntas, Comités etcétera—se ha evitado el caos. Se crean órganos nuevos, instituciones nuevas, un orden nuevo, en suma, que es el espíritu de la revelación.
Estamos en la hora de las creaciones. El pueblo aparece en su enorme capacidad constructiva.
Igual que el hombre al extinguir su vida vuelve a la tierra, así todos los órganos de la vida, al transformase, han de volver al pueblo
La justicia ha vuelto al pueblo y se ha liberado del profesionalismo. No trato do ofender las ideas de nadie, pero la justicia ha de ser caliente, viva, no puede estar e encerrada en el marco de una profesión
La Justicia no debe tener la duda de si procede o no con acierto. Debe estar su infalibilidad por encima de las circunstancias. Por eso los Tribunales Populares, loa órganos de Justicia Popular que hemos establecido, deben prevalecer.
Cuando acabemos con los conflictos que ahora nos aquejan. la Justicia deberá ser algo más que popular.
Cuando las relaciones entre los hombres sean las debidas, no habrá necesidad de robar ni de matar.
El problema de la Justicia es problema de ductilidad, pero lo es también de la Justicia social.
Como veréis, esta obra no la puede realizar un ministro en 24 horas, ni un Gobierno en 24 siglos. Es la obra, ha de ser la obra ansia de renovación y de disciplina de renovación y de disciplina. (Aplausos.)
Sin embargo, por lo pronto hay que variar el concepto penal que existía en España.
Transformando la vida penal cambiaremos el método represivo.
En España, por primera vez se va a definir el concepto de la pena. Por ejemplo. para los presos políticos habrá internamiento en campos de trabajo, que no es prisión. que no es reclusión, que no es privación de libertad, del de derecho a hablar, a fumar a vivir.
Para el delincuente común habrá un régimen más humano. Por primera vez se dice: el delincuente común no es un enemigo de la sociedad, es una víctima dela sociedad
Vamos a una obra de justicia social. No habrá subjetividades en apreciación de los delitos. La justicia es algo tan sutil que no basta con tener corazón para administrarla.
El exceso de abogados habrá que terminarlo. Interpretando leyes no se produce riqueza. Si se produce habiendo ingenieros, mecánicos y agrónomos.
Hay que humanizar la justicia; conseguir que el policía no apalee ni cl juez se ensañe con el delincuente. Esta es la obra gigantesca.
El preso común será condenado a prisión, a simplemente, a separación de la sociedad.
En la ciudad penitenciaria habrá acumulados todos los elementos más importantes del progreso: Teatros, Universidades bibliotecas, deportes, en fin, todo cuanto pueda contribuir a dar a la sociedad un hombre útil. Y si quiere quedarse, se podrá quedar.
El Estado no los mantendrá. Tendrán salarios, con los que podrán costearse la higiene, la familia, si quieren. ¿Castigos? Ellos tendrán sus jueces; crearán sus tribunales, su justicia, sus Códigos.
Al incorporarse de nuevo a la sociedad, serán elementos capaces de superar la vida de ésta.
No habrá, condenas de treinta a cuarenta años. Habrá separación de cinco a diez años del cuerpo social. El individuo podrá liberarse a sí mismo.
Cuando se vea que el hombro puede liberarse, será liberado, aunque sólo lleve un mes de apartamiento. Pero para evitar injusticias que siempre puede haberlas, las condenas, las conductas de cada individuo serán revisadas cada dos años.
El otro gran problema que hoy tenemos planteado es el de la delincuencia político-fascista. Hemos creado, como sabéis, los campos de trabajo. Parecerá mentira que esto lo haya imaginado un ministro
Los campos de trabajo no los hemos creado nosotros. Manteniendo a los que nunca trabajaron, pero sin pagarlos, se podrán realizar las obras poco productivas, o de producción inmediata, que en nuestro país hay pendientes. Con estas gentes transformaremos los eriales en tierras feraces. Esa cohorte de cien mil fascistas, trabajando a pico y pala nos ayudarán a transformar nuestro país en un vergel
No continuemos más, camaradas; de inmediato, esto; mañana la ciudad penitenciaria que reconocerá la majestad del hombre
Justicia rectora, sí, de todos los actos de la vida, puesto que es el arte de modelar a los hombres y a los pueblos. ¡Disciplina, pues, camaradas! ¡No me convirtáis en un perseguidor vuestro ¡Contened vuestros instintos! ¡No luchéis entre vosotros, si todos sois proletarios! (Grandes aplausos.)
La sociedad ideal ha de ser la bondad, la belleza, el triunfo sobro la bestia que nos acecha para hacer fracasar en nosotros el ideal de nuestra vida.
(Grandes aplausos.)
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