REIMPLANTACIÓN DE LA BANDERA ROJA Y GUALDA 30 DE AGOSTO DE 1936
15/08/2021 DE GENERAL DAVILA
15 AGOSTO DE 1936 LA BANDERA DE ESPAÑA EN LA GUERRA CIVI (enlace)
Durante la guerra civil hubo un ligero retraso en disponer del uso oficial de la bandera roja y gualda porque el sentimiento republicano había calado en mucha gente, también entre el generalato que quería combatir los crímenes y el desorden, pero no consideraban a la República como el enemigo.
El general Luis Redondo en su libro El Requeté cuenta que el primer contacto de Manuel Fal Conde y Mola, representante de los Tradicionalistas, se realizó el 11 de junio a través de José Luis Zamanillo, y este entregó al general en su nombre una nota con una serie de puntos para el acuerdo de participación en la sublevación. Al final de la nota decía: «Se da por supuesto que el movimiento será con la bandera bicolor».
Era algo muy arraigado y casi cuestión indiscutible para que los carlistas se unieran al movimiento. En conversación de Franco con Don Juan en diciembre de 1954 dice Franco: «El general Sanjurjo perdió el 10 de agosto de 1932 porque, a la ligera, creyó que la opinión pública republicana reclamaba entonces lo que tardó cuatro años todavía en reclamar. En 1932, y hasta 1935, había mucha gente que todavía creía viable la República. Y por eso, todavía en julio de 1936, tuvimos que hacer el paseíllo con la bandera del himno de Riego, menos en Pamplona» (Pedro Sainz Rodríguez. Un reinado en la sombra, pág. 230. Planeta, colección Espejo de España).
Sanjurjo escribe a Mola el 9 de julio: «Mi parecer sobre la bandera es que debería por de pronto solucionarse, dejando que los tradicionalistas usen la antigua, o sea la española, y que aquellos Cuerpos a los que hayan de incorporarse fuerzas de esta Comunión no lleven ninguna. Esto de la bandera, como usted comprenderá, es cosa sentimental y simbólica, debido a que con ella dimos muchos nuestra sangre, y envuelta en ella fue enterrado lo más florido de nuestro Ejército, y se dio el caso de que nuestra guerra civil entre tradicionalistas y liberales unos y otros llevaron la misma enseña. En cambio, la tricolor preside el desastre que está atravesando España. Por eso me parece bien lo que me dicen de que usted ha prometido que el primer acto de Gobierno será la sustitución de la misma» (Antonio Lizarza Memorias de la conspiración, citado en El Requeté de Luis Redondo y Juan de Zavala).
REIMPLANTACIÓN DE L ABANDERA ROJA Y GUALDA (30-08-36)
Por José Luis Díez Jiménez 30/08/2021 Historia, Vídeos (enlace)
[...] el 15 de Agosto de 1936, día de la Virgen de los Reyes y en plena guerra civil, una aglomeración de personas, formada por todas las clases sociales, sin distinción de castas, y con un entusiasmo desbordante de emoción indescriptible e ímpetu patriótico, que nunca podrá superarse, se apiñaron materialmente en la Plaza nueva de Sevilla para ver el izado de la enseña inmortal: de la bandera roja y gualda, millones de veces bendita.
La llegada y entrada de los generales Queipo de Llano, Franco y Millán Astray en el Ayuntamiento fue acogida con aclamaciones inenarrables.
Por medio de altavoces describía los detalles del acontecimiento el funcionario del Gabinete de Prensa afecto al Estado Militar don Obdulio Gómez, comunico la llegada del cardenal Ilundain, que fue fue recibido en la escalinata de las Casas Consistoriales por los ilustres generales y demás autoridades.
Una avioneta del Aero Club voló sobre la muchedumbre, dejando caer octavillas de los colores rojo y gualda con himnos patrióticos y cantos a la bandera nacional.
Al asomarse los generales al balcón central del edificio, donde iba a izarse la enseña sagrada, estalló una ovación imprente. El instante fue de intensa emoción. En todos los ojos había lágrimas y en sus corazones un ansia enfervorizada de patriotismo. Seguidamente el general Queipo de Llano alzó la bandera bicolor al viento como seña de la derrota de la República que se había revelado a sí misma como el aspecto tragicómico de las limitaciones humanas desde 1931; y tomando la palabra pronunció un discurso enardecido en defensa de la enseña rojigualda por la que tantos españoles habían entregado su vida y criticó al gobierno de la República por haber cometido el error de haber adoptado la bandera tricolor.
Al izarse la bandera el entusiasmo de la multitud fue inenarrable. Lágrimas, escalofríos, corazones latiendo aceleradamente coreando los vivas a España gritados por el glorioso general Queipo de Llano. ¡¡¡España, España y España!!!
En este instante besaron frenéticamente la bandera los generales Franco, Queipo y el alcalde de Sevilla. Sr. Carranza, y el fundador de la Legión, general Millán Astray, al que se dieron muchos viva. Inmediatamente fué izada la bandera inmortal.
Acto seguido, Franco, abrazando la bandera nuevamente la besó tras pronunciar aquellas palabras que no se deben olvidar: “Nos la querían quitar”. Palabras que fueron apagadas por el clamor de entusiasta de la multitud enardecida que llenaba la plaza prorrumpiendo en las siguientes exclamaciones: ¡¡¡Franco!!! ¡¡¡Franco !!!Franco! !!, queriendo significar, con ello, su agradecimiento de homenaje al ilustre militar que estaba reimplantado la enseña nacional
Seguidamente dirigiéndose a la multitud, Franco : “Sevillanos, Ya tenéis aquí la gloriosa bandera española, ya es vuestra. El heroico general Queipo de Llano la ha inaugurado en esta fiesta solemne de forma oficial… Él os ha explicado el origen de la bandera y os ha repetido como nuestros heroicos soldados se batieron y supieron morir en defensa de la Patria, a la sombra de la bandera roja y gualda”. Posteriormente recordó su pasado en Marruecos y los peligros que acechaban a España por el avance de las hordas marxistas y de la propaganda de Moscú, señalando: “Esta bandera roja y gualda es la que está en el corazón de la inmensa mayoría de los españoles. La bandera bicolor es la insignia de una raza, de unos ideales, de una dignidad, de una religión, de todo lo que está en peligro de desaparecer por el avance de las hordas marxistas y de la propaganda de los suyos. Es el oro de Castilla y la sangre de Aragón. Es la gesta gloriosa en América, y el triunfo de los barcos españoles a través de la historia…”. Terminó elogiando a Sevilla y dando vivas a España, coreado por los asistentes al acto
Finalmente intervino Millán Astray que enardecido gloso el lema y las virtudes de la Legión, terminó gritando la divisa de la legión y finalizó con un ¡Viva España!
La multitud, que contestó los tres vivas legionarios con el máximo entusiasmo, tributó a Millán Astray, símbolo del heroísmo español, el homenaje de una ovación indescriptible.
Seguidamente falangistas y balillas entonaron el himno de la Falange Española, coreado por el público, sucediéndose las ovaciones y vítores, que arreciaron al besar la bandera los generales y autoridades.
Finalmente se organizó el desfile de las fuerzas con caracteres de verdadera apoteosis y presidido por la bandera roja y gualda, que desde ese instante triunfaba así sobre el precario morado, significando el comienzo de una etapa de más de 40 años de paz y prosperidad para el conjunto de todos los españoles
Y el resto del día fue también de entusiasta homenaje a las banderas, que por todas partes ondearon, muy profusamente en el centro de la ciudad y particularmente en el corazón de todos aquellos asistentes, que no han podido olvidar jamás la emoción vivida aquella mañana de agosto en Sevilla, al ser partícipes de este acto glorioso, que quizás no vuelva a vivirse en otro momento semejante.
Por fin la Junta de Defensa restableció la Bandera de España, la bicolor, rojo y gualda, por Decreto nº 77 de 29 de agosto:
El movimiento salvador de España, iniciado por el Ejército y secundado entusiásticamente por el pueblo, fundidos en el fervoroso anhelo de reanudar su gloriosa historia, ha sido presidido espontánea y unánimemente por el restablecimiento de la tradicional bandera bicolor. Rojo y gualda.
Solo bastardos, cuando no criminales propósitos de destruir el sentimiento patriótico en su raíz pueden convertir en materia de partidismo político lo que, por ser símbolo egregio de la Nación, está por encima de parcialidades y accidentes.
Esa gloriosa enseña ha presidido las gestas inmortales de las sucesivas generaciones; ha ondeado los días de ventura y adversidad patrias, y es la que ha servido de sudario a los restos de patriotas insignes que, por los servicios prestados a su país, merecieron tal honor.
Bajo sus pliegues gloriosos se ha producido, ahora, esta vibración patriótica jamás superada y al recoger este clamoroso anhelo popular y restablecer oficialmente la bandera bicolor como pabellón de España, la Junta de Defensa Nacional no hace sino dar estado oficial a lo que de hecho existe ya en todo el territorio liberado
Por cuanto antecede, como Presidente de la Junta de Defensa Nacional y de acuerdo con ella, vengo en decretar lo siguiente:
Artículo único. Se restablece la bandera bicolor roja y gualda, como bandera de España.»
Dado en Burgos a veintinueve de agosto de mil novecientos treinta y seis.= MIGUEL CABANELLAS.»
DOCUMENTOS
Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España— Burgos 39 agosto 1936 — Número 14 |
Reimplantación de la bandera roja y gualda (30-08-36)
Al asomarse los generales al balcón central del edificio, donde iba a izarse la enseña sagrada estalló una ovación imponente. El instante de intensa emoción. En todos los ojos había lágrimas
Discurso del general Queipo de Llano
¡Soldados! ¡Ciudadanos de Sevilla!: En este ambiente de patriotismo que aquí se respira y que alienta el alma, estamos reunidos para dar satisfacción a nuestros anhelos de ver ondear la bandera roja y gualda, oficialmente, bandera gloriosa que veneraron generaciones de antepasados y que se cubrió de honor en tantas acciones y en tan memorables gestas.
Una de las mayores torpezas que cometió el Gobierno de la República fué modificar los sagrados en ella el morado, que nadie sabe por qué; a mi al menos no se me alcanza la razón que tuviera para variarlo, No quiso comprender aquel Gobierno el valor moral tan grande que tiene la bandera de un país para todos los ciudadanos, y esta reforma de la bandera, influyó de modo notable para que los ciudadanos rectos y honrados, que aman a su Patria, añorarán los colores a cuya sombra se escribieron páginas de gloria.
Y muchos que vieron con indiferencia el cambio de régimen se abstuvieron de añadirse a adscribirse a la República, porque le repugnaba aquel cambio de los colores que tanto amaban ( Ovación)
No se me alcanza, repito, las razones que tuvieron para ello. Yo voy a pretender demostrar que ese color morado de. la bandera que puso la República, no tiene valor de ninguna clase; es más, es un color que todo hombre honrado, que todo caballero español, debe rechazar ( ¡Bravo! Clamorosa ovación)
Elocuentemente, el general Queipo de Llano se extiende en consideraciones históricas remontándose a la simbología de l abandera en el antiguo Egipto y a la bandera que los romanos trajeron a España.
Define la significación del color rojo que se observa desde los primeros tiempos y hace mención alas barras rojas que van apareciendo desde el siglo XIII.
Afirma que desde el principio del reino de Nápoles, el más grande y glorioso de todos, Carlos III, escogió entre varios modelos que le propusieron el de la Coorona de Aragón. La bandera roja y gualda se adoptó en 1795; es decir, que desde esa época ha venido siendo bandera de España la roja y la gualda.
¿De dónde viene el color morado para la bandera española?. Durante la primera República española los concejales del Ayuntamiento de Madrid acordaron proponer al Gobierno la bandera tricolor, porque esos colores figuraban en la banda de los concejales madrileños. Pero, precisamente entonces se descubrieron los célebres y escandalosas inmoralidades del Ayuntamiento de Madrid, que dieron origen a u una manifestación pública de protesta, organizada por el caballeroso marqués de Cabriñana. Así, pues, el morado sólo tiene un significado: el de la inmoralidad (¡Bravo!Enorme ovación).
Este color no es, pues, de ningún modo, compatible con la rectitud y el ímpetu patriótico de las nuevas generaciones que quieren una Patria renovada para que de pronto pueda llegarse con justicia al día en que se diga que todos los españoles somos hermanos ( Oración estruendosa, Vivas a España y al Ejército).
Vais a ver ondear en seguida la bandera roja y gualda que debéis mantener siempre como colores indelebles en vuestro corazón ,ofrendándola sin vacilar vuestra vida y vuestro oro ( Gran ovación, seguida de aplausos estruendosos).
La bandera roja y gualda es la que anhelan nuestros corazones, es la de la tradición, es la gloriosa enseña a cuya sombra murieron tantos soldados españoles que, envueltos en ella, vienen bajo la noble tierra española.
Y por lo tanto hemos de procurar enaltecerla de tal forma que pueda cantarse con justicia la popular copla:
Colores de sangre y oro
lucen en nuestra bandera
no hay oro para comprarla
ni sangre para venderla
( Ovación indescriptible, que dura largo tiempo)
Y porque tengo la convicción-sigue diciendo el ilustre general- que todos sentimos lo mismo es por lo quiero que gritéis conmigo, por tres veces ¡Viva España! ¡Viva España! ¡Viva España!
Al izarse la bandera el entusiasmo de la multitud fue indiscutible, desbordándose la multitud, desbordándose la multitud que coreaba frenéticamente los vivas a España gritados por el gloriosos general Queipo de LlanO
En este instante besaron frenéticamente la bandera los generales Franco, Queipo de Llano y el alcalde de Sevilla, Sr. Carranza y el fundador de la Legión, general Millán Astray, al que se dieron muchos vivas.
Seguidamente todo el público que llegaba la plaza prorrumpió en las siguientes exclamaciones : ¡¡¡ Franco!!!,¡¡¡Franco!!!,¡¡¡Franco!!!, queriendo significar con ello su homenaje al ilustre caudillo militar, salvador de España y fundador de una nueva Patria mejor
Las últimas palabras del general fueron apagadas por el clamor entusiasta de la multitud.
Inmediatamente fué izada la bandera inmortal.
Lágrimas, escalofríos, corazones latiendo, aclaraciones y un grito en todas las gargantas: España, España y España, única, grande, libre.
El general Franco
El pueblo, el verdadero pueblo, hoy Sevilla entera, que piensa y siente en español, pidió a Franco unas palabras, y el general valeroso acercándose al altavoz, dijo:
¡ Sevillanos! Ya tenéis aquí la gloriosa bandera española; ya es vuestra; el heroico general Queipo de Llano la ha inaugurado en esta fiesta solemne y en forma oficial. Esta bandera roja y gualda es la que está en el corazón de la inmensa mayoría de españoles ( Una voz: De todos) El os ha explicado el origen de la bandera y os ha repetido como nuestros heroicos soldados se batieron y supieron morir en defensa de la Patria, a la sombra de la bandera roja y gualda.
Recuerda el general Franco, después, su permanencia en Marruecos durante doce años, defendiendo la auténtica bandera española, que los soldados sacaban con emoción al campo de batalla.
Cuando se ha pasado- agrega- toda una vida con una enseña, con una Religión y con un ideal, esos no pueden destruirse, esos no pueden variarse; porque sería porque sería lo mismo que si quisiéramos quitar a Dios de los altares ( Enorme y clamorosa ovación)
Esta es, como digo, la insignia de una raza, de unos ideales, de una dignidad, de una religión, de todos los que estaban en peligro de desaparecer por el avance de las hordas marxistas y de la propaganda de Moscú, es el oro de Castilla y la sangre de Aragón, y nuestra gesta gloriosa en América y los triunfos de los barcos españoles a través de la Historia.
Termina con un elogio a Sevilla y dando vivas a España, que son contestados con delirante entusiasmo por la multitud.
Arenga del general legionario
A requerimientos de la multitud, que reclama su palabra con insistencia y grandes voces, hizo uso de la palabra el general fundador de la Legión, Millán Astray:
" Silencio. silencio, silencio, voy a ser muy breve.
¡ Sevillanos! ¡ Legionarios sevillanos! ya habéis escuchado al glorioso Queipo de Llano los orígenes de esta enseña gloriosa.
Yo solo voy. a glosar el tema dela Legión"
Tiene un recuerdo después para la s fuerzas que han venido desde Marruecos a luchar en España por la sublevación de la Patria. Hizo un llamamiento a todos los sevillanos y especialmente a los obreros para que, todos juntos y en los momentos en que los necesite la Patria griten la divisa de la Legión ¡ Viva la Muerte! ¡ Viva la Muerte! ¡ Viva la Muerte!
Terminó con un viva España, que fue contestado por el público con gran entusiasmo.
La multitud que contestó a los tres vivas legionarios con el máximo entusiasmo, tributó a Millán Astray, símbolo del heroísmo español el homenaje de una ovación indescriptible.
Seguidamente falangistas y balillas entonaron el himno de la Falange Española, coreado por el público, sucediéndose las ovaciones y los vítores, que arreciaron al besar la bandera los generales y autoridades.
Finalmente se organizó el desfile de las fuerzas con caracteres de verdadera apoteosis.
la pluma, también emocionada, no puede decir más.
Sevilla quizás no vuelva a vivir otro momento semejante
Y el resto del día fué también de entusiasta homenaje a las banderas , que por todas partes ondearon y muy profusamente en el centro de la ciudad, en particular en la plaza de San Fernando.
En todas partes, con orla preciosa de la bandera nacional, al fin restituida, lució la enseña de Falange española.
En el Centro falangista de la calle José Antonio Primo de Rivera estaba colocada una monumental bandera de España con el emblema del fascio
El público al pasar ante ella, saludaba con el brazo extendido y la mano abierta en simbólico homenaje a la Patria nueva
El 30 de Agosto de 1936 , el General Cabanellas, Presidente de la Junta de Defensa, firmó el decreto, que hacía retornar los tradicionales colores de la enseña nacional y que decía:
Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España— Burgos 39 agosto 1936 — Número 14
Decreto num 37
El movimiento salvador de España, iniciado por el Ejército y secundado entusiásticamente por el pueblo, fundidos en el fervoroso anhelo de reanudar su gloriosa Historia, ha sido presidido espontánea y unánimemente por el restablecimiento de la tradicional bandera bicolor roja y gualda.
Sólo bastardos, cuando no criminales propósitos de destruir el sentimiento patriótico en su raíz, pueden convertir en materia de partidismo político lo que, por ser símbolo egregio de la Nación, está por encima de parcialidades y accidentes. Esa gloriosa enseña ha presidido las gestas inmortales de nuestra España; ha recibido el juramento de fidelidad de las sucesivas generaciones; ha ondeado los días de ventura y adversidad patrias, y es la que ha servido de sudario a los restos de patriotas insignes que, por los servicios prestados a su país, merecieron tal honor.
Bajo sus pliegues gloriosos se ha producido, ahora, esta vibración patriótica jamás superada, y al recoger este clamoroso anhelo popular y restablecer oficialmente la bandera bicolor como pabellón de España, la Junta ¬de Defensa Nacional no hace sino dar estado oficial a lo que de hecho existe ya en todo el territorio liberado.
Por cuanto antecede, como Presidente de la Junta de Defensa y de acuerdo con ella, vengo en decretar lo siguiente:
Artículo único. Se restablece la bandera bicolor roja y gualda, como bandera de España.
Dado en Burgos a veintinueve de agosto de mil novecientos treinta y seis-MIGUEL CABANELLAS
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