DE MAL EFECTO.LOS ARTÍCULOS TRANSITORIOS DE LA CONSTITUCIÓN
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El imparcial, 10 de diciembre de 1931
DE MAL EFECTO
Los artículos transitorios de la Constitución
No nos ha producido asombro la aprobación por la Cámara constituyente de las apostillas relativas a la ley y de Defensa de la República y de la Comisión de Responsabilidades. Una Constitución que nace, suspendiendo derecho individuales contenidos en sus artículos sería monstruosa si los miembros del Parlamento fuesen la representación de todo el país; se diría que el país estaba loco al promulgar el Código de Estado al mismo tiempo que en él se consignaba la no vigencia de los principios fundamentales de la ciudadanía. Pero como las Cortes constituyentes son producto y órgano de la revolución, es natural que incorpore a su obra legislativa la expresión de su soberana voluntad. Si, efectivamente, con la suma de esas disposiciones transitorias a la Constitución entienden el Gobierno y las Cortes que defienden la República, no es censurable el hecho; la vida tiene exigencias mu y duras.
Sin embargo, la cuestión de las Responsabilidades no creemos que constituya un peligro para la República y, a pesar de ello, también queda añadida a la Constitución; est postizo, en momentos en que se abren o se entornan las puercas de las cárceles a los delincuentes ordinarios, es una escarapela que no va bien a l gorro republicano; habría sido más generoso, más propicio a establecer la concordia entre todos los españoles un acto dé olvido y de perdón si es que perdón puede llamarse e a una amnistía por delitos políticos. La República no debe ser vengativa, y. a l nacer como forma del Estado por virtud de las Cortes, que son la soberanía nacional, pudo mostrar al mundo su espíritu amplio y su fe en los dogmas de fraternidad e igualdad, de una igualdad que no aparece en el trato a los criminales vulgares y y a los militares del Directorio. Ocasión más solemne que ésta no volverá ningún Gobierno republicano a encontrarla para ser magnánimo
Tampoco nos extraña este modo desigual de proceder; aunque los ánimos revolucionarios se van serenando, todavía es pronto para que cese el hervidero de las pasiones políticas, en honor a!a verdad, mucho menos abrasador que en otras revoluciones españolas Los que, se alarman y escandalizan ante las circunstancia actuales no saben lo que es una revolución ni conocen las etapas do la de 1868. El cambio de régimen en España ha sido, no una revolución, sino una evolución realizada de pronto; es lástima que no acabe de atemperar su conducta a normas más suaves; entonces sí que podríamos vanagloriarnos de ser el pueblo mas noble y más cuito de la vieja Europa .
Quizá el tono socialista, con sus esperanzas de siempre, impide que !a República comience nimbada de una aureola de simpatía y de cariño; no hace mucho , el señor Largo Caballero repetí a sus amenazar para el caso de que los socialistas dejasen de colaborar en el Ministerio que se formase: ”el partido—exclamaba—no podrá contenerse». ¡Qué desconocimiento del, alma del pueblo español Y, además, ¡qué ignorancia también del temperamento de España?;
Las imposiciones han prosperado siempre muy poco tiempo en nuestro país; son causa de mayor apetito. Véase el resultado de la ofensiva contra la Iglesia : jamás .estuvieron tan llenos a todas horas los templos; gente que no pisaba las iglesias hacía tiempo, acude a ellas hoy con verdadero afán , del mismo modo que no hay tapia con el letrero prohibitivo de jugar a la pelota que no tenga señales de los pelotazos recientes; esto no es Rusia, ni lo será nunca; una bravata hace más enemigos que un injusticia . E! día fen que aprendan " esto los gobernantes, habrán, adelantado mucho el arte de gobernar a. los. españoles.
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