JOSEP PLA : IMPRESIONES PARLAMENTARIAS . 7 DE NOVIEMBRE 1931.
La Veu de Catalunya, 7 de noviembre de 1931.
IMPRESIONES PARLAMENTARIAS.
Notas diversas.
Josep Plá
Ayer !a sesión del Congreso se acabó temprano, a las ocho y media. Hubo que suspenderla porque la Constitución se aprobaba demasiado deprisa. Los artículos pasaban a una velocidad excesiva El desinterés era total, absoluto. Pero como hemos quedado que la Constitución es algo importantísimo, hubo que entonar un poco el ritmo. La impresión se acentúa, en todo caso, sobre las facilidades que encontrarán los últimos artículos de la Constitución. No habrá dificultades. Si acaso, las dificultades comenzarán cuando el pueblo, con la Constitución impresa, pueda leer del primer al último de los artículos,. La impresión de galimatías será respetable. .La gente tendrá una clara visión de lo que quiere decir de lo que quiere decir el señor Unamuno cuando, refiriéndose en el papel constitucional, habla de «la olla de grillos».
Por la noche hubo sesión-lo que en Madrid llaman la charlotada». Asistimos al espectáculo de ver cómo don Emiliano Iglesias hablaba con un gran sentido común de la situación económico-financiera. Sólo nos faltaba esto, en este país: tener que ver a don Emilíano defendiendo con un buen sentido natural indiscutible una serie de posiciones que son vitales y esencialísismas.
¡A qué extremo hemos llegado! ¡Quién nos lo tenía que decir! Parece un sueño imposible.
La interpelación Iglesias suscitó un momento de mayor pasivo, como no la ha tenido ninguna de estas últimas sesiones dedicadas a la Constitución. Llegará un momento en que los diputados sólo estarán atentos a los debates económicos, tanta es la presión de la situación del país sobre las paredes del Parlamento. Cada día está más claro. -como ya dijimos — que los problemas- hoy están fuera y que el Parlamento no refleja, ni en todo ni en parte, la situación general del país.
El decreto reduciendo la burocracia ha dejado de interesar a la gente. El decreto ha quedado muerto, como estaba previsto. Ahora cada Ministerio resolverá sus problemas como le parecerá más útil y más eficaz. La Gaceta ha publicado una reorganización del Ministerio del Trabajo:dicha reorganización implicará el natural aumento de personal, como todo hacía pensar. Los socialistas tratan de montar un gran tinglado a través de este ministerio, en el que van filtrando a sus principales agentes La capacidad para el enchufe de los elementos socialistas es muy importante. La República, a la larga, hará felices de todos los españoles. Pero antes que la felicidad nos llegue a nosotros, ciudadanos corrientes o, si queréis, de segunda, ya hará mucho tiempo que los socialistas se habrán hartado de ser felices.
Una noticia que el pueblo ha recibido con una positiva curiosidad ha sido la confirmación del señor Alcalá Zamora para la Presidencia de la República. Hemos tenido ocasión de hablar varias veces de este político andaluz, último representante de una tradición oratoria que está casi perdida. Alcalá Zamora es un buen señor de Jaén que hace unos discursos terribles. Y bueno; debemos confesar francamente que el acuerdo que se ha producido entre todos los partidos para promoverlo a la Presidencia de la República, por la razón del mal menor, nos ha satisfecho. Habría sido insoportable ver un intelectual —un Ortega y Gasset (D. José), por ejemplo — ocupando la primera magistratura española. Los intelectuales de aquí, que son en gran parte culpables de todo lo que está pasando, han fracasado —como era de esperar— de una forma tan total a las Constituyentes, que es mejor que vuelvan a las disciplinas puras, que es el lugar de donde no debían haber salido nunca. Don Niceto, en la Presidencia, puede hacerlo corrientemente. Hombre de mentalidad bizantina y jurídica -su oratoria es completamente oriental-, puede llegar a crear una jurisprudencia, interpretando la Constitución, que tenga más sentido que el galimatías ideológico y político a través del cual la Constitución ha sido aprobada. El señor Ruíz Funes, catedrático de derecho penal, que es el verdadero autor de la carta constitucional, le podrá ser de la mayor utilidad. Entre ambos, el paso de los años y la revisión del ochenta por ciento de los artículos, llegaremos quizá a tener una Constitución potable. Si, además de potable, llegará nunca a ser eficiente, esto ya veremos más adelante.
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