GUILLERMO FATÁS :LOS KOLDOS SON UNA RISA
Los Koldos son una risa
Espectadores de toda especie, académicos, periodistas, en nuestro país y fuera de él, convienen en que la corrupción del dinero no es el la peor del sanchsimo
Heraldo de Aragón, 10 de agosto de 2025
Guillermo Fatás
Repítase. Es posible abolir la pena de muerte o la esclavitud, pues su existencia depende de que la ley las consienta. No se pueden abolir la prostitución o la corrupción, cuya existencia depende de las pasiones humanas. Para abolir la pena de muerte, basta con legislar que el Estado no la aplicará. Abolir, en cambio, la prostitución o la corrupción (no solo perseguirlas) exige suprimir las pasiones humanas que las causan. Sería preciso suprimir a los seres humanos. Argumentar estas evidencias con quien las rechaza es una pérdida de tiempo.
Fernando Savater ha dicho hace unos días (‘The Objective’): como la corrupción es un mal uso de la libertad, buscar su exterminio bloquearía la libertad misma, un mal mucho mayor. Por otro lado, la corrupción más nociva no es la del dinero y el vicio, sino la de las instituciones: «La corrupción imperdonable y demoledora es la de los partidos separatistas que se aprovechan de las estructuras estatales para conspirar contra la patria de todos. Los que pretenden rebanar partes sustanciales de nuestro país como si fuesen sus únicos propietarios por derecho de gleba o pernada. Y de paso rompen la igualdad entre ciudadanos».
Casi a la vez, lo ratificaba Javier Lambán (‘El Confidencial’): los separatistas catalanes y vascos (un puñado de votos en el Congreso de los Diputados) ejercen tal influjo en el Gobierno Sánchez que ya está habiendo «una paulatina mutación de la letra y del espíritu de la Constitución, encaminando a España hacia el país plurinacional que nunca fue». Una evidencia que gran parte de la izquierda española esconde como puede.
A Lambán sus debeladores le aplican el manido ‘hace el juego a la derecha'. Pero es muy antiguo militante socialista y ha dirigido segmentos de su partido al menos en tres niveles. Afín a la visión de Alfonso Guerra, ha ejercido también como concejal, alcalde, diputado provincial, presidente de Diputación y de Comunidad Autónoma. Tras un tiempo aparcado como senador, ya vive en su casa. Se doctoró en Historia con una tesis que, al revés de la que firmó Sánchez (¡qué filfa, copiada o no!), supera bien el listón oportuno.
Por ello cobra autoridad su dictamen: la lamentable coacción separatista ha llevado al Gobierno «a una infame ley de amnistía que repudiaba hasta el día anterior, a humillarse a la vista de todo el mundo con su vergonzosa pleitesía a un huido de la justicia, a aceptar la ignominia de pactar en Bélgica la investidura del Presidente del Gobierno de España y a ‘gobernar’ cada día con permiso del prófugo». Su texto es duro, pero no desmesurado. Como aragonés y militante destacado de un partido que se dice Español (no en Cataluña), se duele de que el Gobierno acreciente la brecha de desigualdad entre comunidades, a la vez que da un trato deferente a cuanto tuvo que ver con la criminal ETA y quienes la enaltecen todavía. Y eso sin perjuicio de negociar la política de inmigrantes con Puigdemont, «líder de un partido manifiestamente xenófobo y racista». Para todos ellos hay premio gubernamental: a la proteica Esquerra, Sánchez le ofrece desgajar la Hacienda regional de la nacional y hacer otro tanto con los fondos de la Seguridad Social.
Es una derogación paulatina de la Constitución, una ruptura gravísima del espíritu de la tradición, que con buen resultado nos ha dado en términos de prosperidad y de convivencia. Y la Estrella Polar del líder son ahora, y antes, los votos en expectativa . «Desde mayo de 2023 –dice del PSOE- hemos perdido todas las secciones celebradas -generales, autonómicas y europeas- excepto las catalanas, dato muy significativo». Y tanto que sí. En Aragón, Valencia La Rioja, Extremadura y los archipiélagos un batacazo de envergadura. Y al timón sigue el Doctor.
Le cerca en los casos de corrupción dineraria, flagrantes. Enumerarlos, sonroja comprobarlos, escandaliza cartografiar y repugna detallarlos. Y aún más importante es esta idea de Lambán: para enroscarse en palacio, el líder busca fortalecer a Vox para que Nuñez Feijoo dependa tanto de Abascal que parezca una función de este: si gobernase de esa guisa- calcula- sufriría un gran rechazo que el BOE retornaría al sanchismo.
De la grey socialista, Lambán lamenta la aquiescencia inmutable que otorga el secretario general, a su “ suma Frankestein” y al plasma confederal confederal que Sánchez inyecta ya en España, en la estela execrable de Zapatero ( esto no es de Lambán), para que los separadores se sientan soberanos. La simiente la esparcieron Pujol, Arzalluz y la regaron Maragall y Zapatero.
Sánchez ha manipulado la Fiscalía General, el Tribunal Constitucional, el Banco de España. RTVE, Indra y otros entes y organismos esenciales. Y Lambán llama «anomalía democrática». A que la presidente del Congreso y cinco miembros del Gobierno sean las cabezas del PSOE en Baleares, Andalucía, Madrid, Valencia, Canarias y Aragón. Pasmosos.
El final con Savater: «La corrupción que llegó con Zapatero y se consolidó vergonzosamente con Sánchez y su cuadrilla no tiene parangón en nuestro país».
Los Koldos, comparados con todo esto, son una risa.
Comentarios
Publicar un comentario