LARGO CABALLERO . DON BENITO, 8 DE NOVIEMBRE DE 1933. FRAGMENTOS ESCOGIDOS.
LARGO CABALLERO . DON BENITO, 8 DE NOVIEMBRE DE 1933
-La monarquía cayó. Cayó por el empuje de unas elecciones municipales. Mucha gente, y sobre todo en el extranjero, elogió aquel sentir típico de España, que el 12 de abril se desembarzaba de los obstáculos tradicionales pacíficamente. Pues yo es digo que este movimiento pacifico que entonces nos pareció digno de alabanza, fué el primer error de la revolución española. Y ahora nos encontramos con que el enemigo retoña y hoy vuelve a poner en peligro la vida de la República.
-Tenemos ya una experiencia. El pueblo español ha visto que en vez de agradecerle su gesto pacifico quieren volver a sojuzgarle de nuevo. No les extrañe que si la historia se repite v es preciso volver de nuevo a un movimiento revolucionario, éste no sea pacífico. Y la culpa será de ellos.
-Fuimos a unas Cortes, prematuramente, antes de hacer la revolución, para que luego la hubiera sancionado el Parlamento. (Ovación.) Que no extrañe a nadie que si otra vez nos vernos en parecidas circunstancias, el pueblo se acuerde que fué un error ir tan precipitadamente a la convocatoria de un Parlamento.
-No nos conformamos con pensar que va a haber en el banco azul dos ministros socialistas. No basta con eso para gobernar. Os lo dice un hombre que ha estado sentado en el banco azul dos años y medio. Sólo por estar en el banco azul no se gobierna. Hacen falta otros elementos. Hay que tener todos los gobernadores socialistas. Hay que tener el Poder judicial, que hoy está en manos de la burguesía. Y todos los medios coercitivos del Estado. Pero no los resortes de Gobierno creados por la monarquía, sino los que instaure el propio Poder socialista. Es preciso, para que haya un Poder socialista, tener en la mano todas las palancas del Gobierno.
-Se nos ataca porque vamos contra la propiedad. Efectivamente. No ocultamos nuestro pensamiento. Vamos a echar abajo el régimen de propiedad privada. Se nos ataca diciendo que somos enemigos de la familia. y a esto contestamos enemigos de la familia son ellos, que deshacen las familias obreras, obligando a los niños y mujeres a trabajar intensamente, explotando a los hombres, y condenando así al hambre a la mayoría de los ciudadanos. Queremos los socialistas una familia como nosotros la concebirnos: libre de trabas económicas
-Nosotros creemos que el paro obrero es una consecuencia del régimen capitalista, y qué no se puede resolver más que con el Socialismo. El paro obrero es la gangrena que derribará al capitalismo. Por consiguiente, la aspiración del Partido Socialista no es la de ganar las elecciones para tener el gusto de arrebatar, nada más que porque sí, el triunfo a las derechas, sino para inaugurar una nueva etapa revolucionaria.
-Es preciso que la República llegue a todos los ciudadanos, y para ello tiene que ser una República social y no burguesa.
-Vamos, repito, hacia la revolución social. Y yo digo que la burguesía no aceptará una expropiación legal. Habrá que expropiarla por la violencia.
-Mucho dudo que se pueda conseguir el triunfo dentro de la legalidad. Y en tal caso, camaradas, habrá que obtenerlo por la violencia.
-Ya han iniciado los enemigos la guerra, y dicen por boca de Gil Robles que si el Parlamento no les sirve irán contra él. Pues bien. Nosotros respondemos: Vamos legalmente hacia la evolución de la sociedad. Pero si no queréis, haremos la revolución violentamente. (Gran ovación.) Esto, dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil. Pongámonos en la realidad. Hay una guerra civil. ¿Qué es si no la lucha que se desarrolla todos los días entre patronos y obreros? Estamos en plena guerra civil. No nos ceguemos, camaradas. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aún los caracteres cruentos que, por fortuna o desgracia, tendrá inexorablemente que tomar.
-Si sacamos de las urnas lo que yo espero, es seguro que las derechas intentarán actos al paso de los cuales tendremos que salir. Y en ese momento, mujeres, no detengáis a vuestros maridos. Dadles ánimo. Sólo con eso no se atreverán nuestros enemigos a atentar contra la libertad de la clase trabajadora. Y si se atrevieran, estamos decididos a todo lo que sea.
-Si alguien intenta, repito, un golpe de Estado salid a la calle inmediatamente. Y ése será el principio de la República social, en da que se realice la igualdad económica. Tenemos que luchar como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee, no una bandera tricolor de una República burguesa, sino le bandera roja de la Revolución socialista.
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